Barrika. César Pérez Gellida nació en Valladolid, pero parte de su corazón se quedó en un rincón de Barrika, concretamente, entre las cuatro paredes del restaurante Milagros. Unos conocidos le recomendaron visitar este lugar y, finalmente, en una de sus visitas a Euskadi, acabó recalando en este local. Su diseño, y su estética le impactaron. Tanto, que este lugar es el único que se repite en cada uno de los tres libros que componen la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne que este escritor pucelano ha realizado en tan solo dos años y que, en un futuro cercano, podría tomar forma de serie o película en inglés, ya que el conocido exfutbolista Michael Robinson ha comprado los derechos audiovisuales de esta obra.

"Me habían hablado mucho de este local y, cuando lo visité, me quedé impactado. Me encantó, he estado en muchos sitios en el mundo, pero en ningún restaurante como éste", describe Pérez Gellida. Sintió que había descubierto un lugar "único" y, tiempo después, cuando inició esta trilogía negra, hizo de este punto de Barrika un punto clave en Memento Mori, Dies Iraes y Consumatum Est, esta última aún está por publicarse. "Parece que se han pegado Almodóvar y Tarantino por decorarlo. Es un punto de gran carga literaria y audiovisual", explica Gellida.

Y es que, entre las calaveras, los símbolos aztecas, las luces bajas, paredes de las que lo mismo sale una virgen que un cactus que sirve de paragüero, surgió la idea de crear uno de los personajes de la trilogía. Carapocha es un ciudadano ruso que se dedicado a investigar asesinatos en serie. Este personaje vive en Plentzia y gran parte de sus apariciones en la historia tienen la localidad plentziarra y el restaurante de Barrika como escenario. Concretamente, en Plentzia, finaliza el primer libro de la trilogía.

Proyecto Audiovisual Por su parte, el restaurante Milagros, más conocido como El Mejicano, es un escenario en el que se desarrollan partes muy importantes de esta larga historia que está localizada entre otros lugares en Valladolid, Belgrado y Trieste. "En Consumatum Est, el Milagros va a ser muy importante y va a acoger una de las escenas clave", explica Gellida. En ese libro que cierra la trilogía, también aparecerá un paraje tan emblemático en Bizkaia como San Juan de Gaztelugatxe. "Es un lugar idílico. Al igual que el Milagros, tiene un gran carga narrativa y audiovisual", señala el escritor. Ese doble potencial de las localizaciones ha surgido por el pasado profesional del escritor. "Antes de dedicarme a escribir esta trilogía, trabajé en el mundo audiovisual y, quizá por eso, todas las localizaciones destacan por poder contar muchas cosas tanto en el ámbito narrativo como audiovisual. Busco ambientaciones que llenen la cámara, que sean especiales y que llamen la atención del espectador y el lector", explica.

Ese aspecto también parece que lo captó Michael Robinson. El conocido exfutbolista de Liverpool y del Osasuna, y presentador de televisión, vio en esta historia un diamante en bruto y adquirió los derechos audiovisuales de la misma. "Michael ha sido muy importante en todo este proyecto", describe el escritor vallisoletano. El afamado exfutbolista británico sufrió un flechazo nada más conocer la historia y ha sido uno de los principales impulsores de esta trilogía que, según su autor, hasta el momento, ha recibido "muy buenas críticas". Eso también se ha traducido en un buen índice de ventas, ya que Memento Mori marcha por su cuarta edición y, la segunda parte, Dies Iraes, ha gozado de una "muy buena acogida" en sus primeras cuatro semanas a la venta.

Esta historia, cuya tercera parte está ya escrita pero aún no ha sido publicada, tiene una ambición clara: saltar de las páginas a la gran pantalla. El precursor de esa iniciativa es Michael Robinson que, desde su productora, está trabajando en ese sentido. "Tenemos mucho camino andado en la posibilidad de hacer una serie o película", desvela Gellida. Dicho trabajo audiovisual sería en inglés y ya están trabajando la idea con un director cuya identidad aún no quieren desvelar.

Esto hace que, si finalmente, esta trilogía se convierte en un producto audiovisual, espectadores de todo el mundo podrían ver parajes como Plentzia, San Juan de Gaztelugatxe y, cómo no, el restaurante Milagros de Barrika. "Son lugares preciosos para rodar", ahonda Pérez Gellida, quien ayer se reencontró con el Milagros, allí donde empezó su flechazo con Uribe Kosta. Ese amor se ha trasladado a las páginas de tres libros y que, quizá en breve, pueda asaltar las pantallas y poner a la comarca en el mapa del mundo cinematográfico.