El casco viejo de Portugalete pide más flexibilidad para sus reformas

Con esta pancarta, los vecinos de la zona vieja jarrillera han vuelto a sacar a la palestra las restricciones a las que se enfrentan a la hora de rehabilitar sus fachadas. Mantener la estética de los edificios y los materiales de primera calidad obliga a que solo tengan la opción de utilizar madera; lo que supone mayor desembolso por el mantenimiento y menos eficiencia. "Para nosotros es una reivindicación muy antigua. Hay muchas comunidades que llevan años sin hacer obras por el coste que supone", aseguran a DEIA miembros de la asociación de vecinos, criticando que el Ayuntamiento "sí ha utilizado otros materiales en los pisos" rehabilitados por Surposa en pleno casco viejo. El Consistorio asegura que esta actuación "está permitida" en la legislación y anuncia que están estudiando modificar esta normativa para que sea más permisiva en cuanto a los materiales.

Las quejas han vuelto a estallar con la rehabilitación de las fachadas que está llevando a cabo el número 20 de la calle General Castaños, para lo que han invertido alrededor de 25.000 euros. Una vez iniciada la obra, y tras recibir la negativa por parte del Ayuntamiento a la utilización de un material distinto a la madera para la reforma, "ya que la madera necesita un mantenimiento de unos 8 o 10 años, y no recibe ayudas porque no cumple las medidas del ahorro energético", los propietarios han descubierto que se está estudiando la posibilidad de dar luz verde a materiales como PVC o aluminio. "Les podrían haber avisado de que se estaba cambiando la normativa", critica la asociación.

Lo mismo para todos La principal queja de los propietarios en el casco viejo es la utilización de los materiales que son de madera en edificios del entorno, como el hotel Puente Colgate o el edificio rehabilitado por Surposa en Víctor Chávarri. "¿Cómo es posible que unos sí puedan utilizar PVC y nosotros no? Estamos de acuerdo en que hay que respetar la estética, porque es lo que nos identifica, pero hoy en día hay materiales que ni se nota que no son madera", apuntan desde Portugalete Zaharra.

El Ayuntamiento, por su parte, asegura que "las nuevas construcciones admiten la utilización de otros materiales", explica Ángel Anero, concejal de Urbanismo en la villa. La revisión del Plan especial del casco viejo se está centrando en esta normativa. "Se contemplará la posibilidad y ver qué materiales se podrían utilizar sin que se pierda la estética y la calidad de los materiales. Y se mirará edificio a edificio para ver si se puede abrir la mano para todos o no", matiza el edil. Esta revisión podría tardar un año o más.

La pancarta de denuncia ya ha desaparecido de la fachada de General Castaños, "porque nos han dicho que si no nos abrirían un expediente sancionador", concluye Portugalete Zaharra.