Barakaldo. Soplar 75 velas no es algo que se haga todos los días. Y si le efemérides la celebra un centro educativo, aún mucho menos. Pero el barrio baracaldés de Burtzeña vivió ayer una celebración muy especial, la del 75 aniversario de su centro más emblemático, el de Nuestra Señora del Rosario. El alumnado protagonizó toda una jornada vinculada a rememorar y homenajear la historia de este centro, que comenzó su camino educativo en 1938.

Han pasado muchos años desde entonces. Muchos alumnos, profesores, hermanas y también muchas reformas educativas. Pero las dominicas de la Anunciata han sabido adaptase a todos los tiempos hasta poder celebrar su cuarto de siglo dedicado a la educación y la acción pastoral en Burtzeña. La celebración comenzó a las 12.30 horas con una misa en la iglesia del barrio. Una hora más tarde, la banda de txistularis de Barakaldo entonó un aurresku de honor al colegio. El espacio para la historia llegó a las 14.15 horas con un recorrido por los 75 años de vida que culminó con una comida de hermanad en las instalaciones del centro educativo.

Un centro muy cercano Como en toda celebración, ayer tampoco faltó la música. La tarde estuvo protagonizada por un guateque. El centro ha ido adaptándose a las distintas reformas que han tenido lugar a lo largo de su historia.

Pero siempre ha habido una cosa que ha hecho destacar a este colegio de los demás: su capacidad de renovación y puesta al día y su talenta abierto y muy próximo a los alumnos. Y es que Nuestra Señora del Rosario siempre ha respondido a las demandas sociales de sus vecinos. 75 años no se cumplen todos los días y eso, hay que celebrarlo a lo grande.