Bilbao. El frontón de La Esperanza, uno de los lugares más emblemáticos del Casco Viejo, dejará de existir al menos durante dos años. Es el tiempo que Euskal Trenbide Sareak (ETS) tiene previsto que se prolonguen las obras de construcción de la nueva estación de metro del Casco Viejo, la que va a dar servicio a la línea 3 y que servirá también de conexión con la línea 1 y 2, actualmente en funcionamiento.

Una obra compleja y de difícil diseño por estar encajada entre la ladera del parque de Etxebarria y los edificios adyacentes; debido a ello, los técnicos de ETS no han tenido más remedio que buscar una solución radical. Según han explicado fuentes del ente dependiente del Gobierno vasco, el derribo del espacio deportivo es obligado si se quiere mantener el servicio ferroviario de Euskotren en la actual estación del Casco Viejo.

Los andenes se encuentran encajonados entre la ladera de Mallona y un edificio de viviendas cuya fachada mira a la parte trasera de la iglesia de San Nicolás. Una ubicación complicada que conlleva que la maquinaria necesaria para derribar la vieja estación y construir la nueva solo pueda acceder bien por la actual entrada que utilizan los viajeros de Euskotren de la línea a Lezama y los de la línea 1 de Metro Bilbao, o bien por el frontón de la Esperanza cuya pared lateral linda con la cabecera de la estación.

Según fuentes de ETS, "se tiene que mantener el servicio ferroviario para ambos transportes, por lo que es imposible atacar la obra por el actual acceso de viajeros. Por eso solo nos queda la opción de entrar por el frontón", precisan. Y es que si se hubieran decantado por la primera alternativa, eso implicaría una actuación más drástica ya que supondría eliminar la estación de Euskotren durante los dos años que está previsto que se prolonguen los trabajos. Dicha intervención también anularía la entrada de los viajeros que toman la línea 1 y 2 del suburbano, con lo que solo podría entrar a la red del metro por la boca de la plaza Unamuno. Tanto desde Euskotren, la compañía ferroviaria dependiente del Gobierno vasco, como desde Metro Bilbao querían que la afección de los trabajos de la nueva parada del Casco Viejo fuera la mínima, por lo que se ha tenido que optar por derribar el viejo espacio pelotazale. A pesar de atacar los trabajos desde este punto, desde ETS prevén que la estación de Euskotren tendrá que cerrarse algunas semanas mientras se desarrolle el proyecto.

Los responsables de ETS ya han puesto en conocimiento del equipo de gobierno municipal este condicionante, algo que el Ayuntamiento ha comprendido y para lo que ha mostrado su acuerdo. Otra cuestión es que todavía sea demasiado pronto para decidir qué se hace con el frontón, una vez que haya concluido la construcción del nuevo punto intermodal entre las líneas 1 y 3 del suburbano.

Fuentes municipales han indicado que "todavía no está definido, ya que habrá que esperar a ver cuál es el impacto de la nueva estación una vez concluida". Hay que tener en cuenta que la huella que va a ocupar la nueva infraestructura ferroviaria va a ser mayor y más ancha que los actuales andenes, con lo que va a restar espacio al actual frontón. Desde Euskal Trenbide Sareak han indicado que "estamos a disposición del Ayuntamiento para reconstruir de nuevo el frontón o habilitar este equipamiento público como consideren".

Las obras, el año próximo De cualquier forma, la clausura y derribo del viejo frontón no se efectuará todavía este año. Aunque ETS tiene todo el proyecto constructivo listo para su inicio, hace falta disponer del dinero necesario para ejecutar los trabajos. Una financiación que está a la espera de que el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia firmen un nuevo convenio para concluir la demorada línea 3 del metro entre Etxebarri y Matiko, en cuyo trazado se ubica la nueva estación de Casco Viejo.

Las previsiones que barajan ambas instituciones, las cuales financiarán a medias el resto de los trabajos por acometer, es firmar el acuerdo el próximo mes o, más tardar, en octubre. Inmediatamente después, ETS como brazo ejecutor de todas las obras ferroviarias vascas que se realizan en esta comunidad autónoma, tiene previsto sacar a concurso y adjudicar los trabajos en Casco Viejo, un proceso que se prolongará al menos otros tres meses más. Ello supondrá que hasta el primer trimestre del próximo año no comenzarían las obras y dejaría de ser operativo el espacio deportivo. A partir de entonces es cuando empezaría a correr el calendario para la construcción que se estima se prolongue 21 meses. Un tiempo más que suficiente para que el Ayuntamiento de Bilbao determine si finalmente quiere, o puede, mantener este equipamiento o decide darle otro uso.