Hace 30 años el agua llegó con fuerza a Bilbao. Arrasó con todo lo que pudo, y muchos son los que después de tanto tiempo aún rememoran la terrible tragedia de aquella Aste Nagusia.

Sin embargo, también son muchos los que no conocieron qué pasó o casi no lo recuerdan. Por ello, 30 años después, la ExpoGela de BilbaoHistoriko rinde homenaje a todas las víctimas de las inundaciones que sufrió Bilbao hace tres décadas, con la exposición El aguaduchu de 1983 en el objetivo, para que nadie olvide lo que sucedió. En la muestra se podrán admirar 100 fotografías del artista Manu de Alba, que hace treinta años comenzó retratando y capturando la vida a través de la cámara. "Estas fotos no pretenden ser imágenes artísticas, simplemente captaban lo que pasaba y el silencio absoluto que había, porque allí nadie hablaba los primeros días", explica Manu de Alba en la presentación de la muestra.

El título de la exposición hace un guiño al alma bilbaina. "Aguaduchu es la forma con la que llamamos los bilbainos a las riadas. Es un apelativo cariñoso, porque en su momento nos enfrentamos a la catástrofe con mucho ánimo", señala Marino Montero, relaciones públicas del grupo hostelero Iruña. "Lo que pretendemos es rendir homenaje al espíritu con el que se recuperó todo, especialmente el Casco Viejo", comenta Moreno. A lo largo de toda la muestra, que estará disponible en la ExpoGela de BilbaoHistoriko hasta el día 27 de septiembre, se puede apreciar el desastre que supuso las inundaciones en los diferentes puntos de la villa, donde la fuerza del agua cobró protagonismo en aquellas fiestas.

Las imágenes están tomadas en el fin de semana en el que ocurrieron las inundaciones. En esos años Manu de Alba era un joven amante de la fotografía que no dudó en acercarse para captar los momentos más trágicos. "En un principio había lugares hasta los que no podía entrar o llegar, por seguridad o por los pillajes, pero luego conseguí entrar". Esta es la razón por la que hay poca gente en las imágenes del Casco Viejo. "La gente aún tenía miedo, porque no sabían si había pasado todo. Sin embargo, en las siguientes imágenes el miedo se había perdido, y se puede ver más gente ayudando en la zona de Campo Volantín, Peñascal, Rekalde, puntos a los que llegué después de la riada", detalla Manu. "Si con esto salimos adelante, con lo que tenemos ahora también", comenta de Alba en alusión a la actual crisis. "Esas inundaciones acabaron con muchos comercios, y el aguaduchu que está cayendo ahora también lo está haciendo. Por eso mostramos estas fotografías, porque en ese momento pudimos", recalca el fotógrafo.

Imágenes sin publicar

Las 100 fotografías de la muestra rememoran con detalle aquellos momentos de incertidumbre y de dolor, que poco después dieron paso a sentimientos de solidaridad y ayuda comunitaria para levantar Bilbao. La mayoría son instantáneas inéditas que De Alba mantenía guardadas en su casa. "Las fotografías todavía conservan el olor característico de aquella época. Imagino que las revelarían con agua embotellada porque en esos días cortaron el agua".

A pesar de que la exposición homenaje a todos aquellos que se vieron afectados por la riada en Bilbao y a los que se esforzaron por devolver a la ciudad su luz y su vida, hay un recuerdo especial para uno de los personajes más populares de la villa, Madriles. "Era alguien muy entrañable y la única víctima de la riada en el Casco Viejo", puntualiza Unai Aizpuru, presidente de BilbaoHistoriko. Madriles era un indigente muy conocido en el Casco Viejo, que vivía de la venta de cartones. "Nadie sabía su origen y se contaban muchas historias sobre su pasado. Era un incansable filósofo, invitaba a rondas a todo el mundo y odiaba a los funcionarios. Fue personaje muy querido en Bilbao", explica Aizpuru.

El horario para poder contemplar las imágenes será de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas hasta el 15 de septiembre, y desde ese día hasta el 27 de septiembre el horario se ampliará a las tardes de 16.00 a 18.30 horas. Además de viajar en el tiempo y rememorar la catástrofe, los interesados que se acerquen a la ExpoGela de BilbaoHistoriko podrán colaborar en la difusión y recuerdo de las inundaciones escribiendo sus impresiones en un libro recordatorio o depositando objetos relacionados con las inundaciones en el baúl de los recuerdos. Los objetos se donarán al Museo Vasco para que formen parte de la historia. "Estos recuerdos pueden ser cualquier cosa, como fotografías o incluso las cartillas de racionamiento que distribuyó el Ayuntamiento", explica Marino Montero.

La ExpoGela también acogerá, el día 18 de septiembre, una charla-coloquio en la que participarán ilustres fotógrafos que aportarán su visión y sus experiencias sobre las inundaciones. En este encuentro también se proyectarán 30 fotografías para recordar el aguaduchu, una catarsis que marcó un antes y un después en la vida de Bilbao.