Emprender un viaje hasta la médula
De entre todas las Bellas Artes, hay una, la cocina (si es que se puede catalogar de tal manera esa extraordinaria habilidad...), sobre la que no encaja la vieja sentencia de Pablo Picasso, allá cuando dijo que el principal enemigo de la creatividad es el buen gusto. Llevándole la contraria al genio malagueño, un paraíso se construye, día tras día, de la mano de Josean Martínez Alija en los fogones del Nerua, el restaurante del Museo Guggenheim. Un edén repleto de ingenios culinarios, de delicadezas y platos arraigados en su procedencia, se levanta a manos de Josean y su grupo de colaboradores, esos que él llama el ejército de los invisibles.
Toda esa ciencia, todo el conocimiento de la cocina desentrañado hasta la médula reposa, desde ayer, en Muina, el libro que firma Josean y donde residen sus recetas más vanguardistas; su experiencia como un audaz Frankenstein de la cocina -sus criaturas tienen raíces y alma, cobran vida...-; la innovación y los descubrimientos con los que ha hecho camino. El libro, trilingüe, vuela al mundo en inglés, coge alcance en castellano y recurre al euskera cuando ha de tocar el tuétano, el por qué de las cosas, el viaje a las raíces. Es una joya que nació, según dicen
Muina, como bien sabe el lector euskaldun, significa núcleo, meollo, esencia, médula... Hasta ahí emprende un viaje esta obra, editada por Javier Antojo, que ayer fue presentada en el Museo Guggenheim en presencia del director del centro, Juan Ignacio Vidarte, quien elogió la ambición de Josean, a la altura del museo; de Mercedes Rodríguez, quien elogio la obra como una de las credenciales de Bilbao; José María Aizega, director del Basque Culinary Center; José Ángel Iturbe, leyenda de la cocina; Mikel Zeberio, Xabier Pérez Gaubeka, Bixente Arrieta, Irene Aldalegio, Iñigo Lejarza, Borja González y todo el equipo de colaboradores de Josean -Javier del Blanco, Adrian Leonelli, Chiaccomo Sbalzer o Txistu Nuévalos,Txistu entre otros...-que son, ellos también, la raíz de su cocina.