Echaron la vista atrás para ojear el mapa sentimental de Bilbao por encargo de la konpartsa Moskotarrak y posaron su dedo en un lugar legendario: la bodeguilla de Licenciado Poza, nº 3, el tradicional Palace con su alfombra de cacahuetes, sus lámparas de cristal (los porrones de clarete son toda una institución -Don Porrón, pongamos por caso- en la casa...) y unos bocadillos de bonito con anchoa o con alegrías que han cautivado a numerosas generaciones. No por nada, la bodeguilla se mantiene en pie desde 1950, cuando la fundaron los hermanos Claudio y Antonio Vallejo, recién llegados de Calahorra. ¿Recién llegados he dicho...? Inexacto. Lo habían hecho cinco años antes, pero el fuego devoró su primera bodeguilla, en la casa de enfrente. Las diez barricas de vino que se acuestan tras la barra son su seña de identidad. Hoy la regentan Ione y Marian Vallejo, ayer dos mujeres felices. No por nada, la primera de ellas lleva más de 35 años tras el mostrador de mármol y durante años sirvió el bocadillo envuelto en papel de estraza.
¿Por qué? La konpartsa Moskotarrak, insisto, había pedido a un jurado compuesto por Mercedes Rodríguez, Arturo Trueba y la familia Thate que escogiesen el lugar acreedor a hacerse con el premio El paraje bilbaino. A los tres les agració con el ingreso en el club de los bilbainólogos, un honor, tal y como aventuraron José Mari Amantes y Luis Ángel Castresana, padre y madre (sin específicar quién es quién para evitar el reproche...) de la propia Moskotarrak.
Todo estuvo amenizado por el txistu de Mikel Bilbao y las voces del otxote Txipli Txapla, dirigido por Karmele Barrena y que contó con las voces de Jon Zapirain, Josu Basañez; el tenor Óscar Sanz, Gontzal Aspiunza, Willy Villanueva, Jon Gamarra; el secretario del Colegio de Abogados de Bizkaia, Javi Bolado, Luis Gorostiaga, Jorge Montes y Andoni Eperrak. Aquellas gargantas profundas habían calentado a golpe de barrica así que el asunto sonó celestial mientras K-Toño Frade vendía su reino por una bilbainada. No le dejaron. Amén de él, disfrutaron con la tarde la actriz Nati Ortiz de Zarate, José Antonio Nielfa, La Otxoa, maestro en el arte de beber del porrón sin echar gota, tras muchos años de entreno en sus tiempos de instituto (Isidro Elezgarai y otros muchos no podrán decir lo mismo...); Jorge Aio, Julia Diéguez, Julio Alegría, Borja Elorza, Manuel de Gotor, Andrés Partal, Manu Colás, María Loizaga, Óscar del Hoyo, Beatriz Marcos, Alfonso Gil, Luis Hermosa, Andoni Basabe, compositor e intérprete de bilbainadas, Iñigo Urrutia, el txakolinero Roberto Ibarretxe, acompañado por Isabel Viñas, José María Etxebarria, habitual parroquiano de un lugar sagrado, donde aún no ha dejado su huella ni la televisión ni otra música que no sea la que proviene de la voz humana; Jaime Alonso, Marino Montero, Elena Marsal, Eneko Zarraoa, Miguel Ángel Gallastegi, José Luis Ugarte, Andoni Iturriaga, Mari Carmen Sánchez, Joseba Mendibelzua, José Antonio Múgica, Gontzal Iriarte, María Jesús Azkunaga, quien aseguraba haber visto, en cierta ocasión, al mismísimo Mario Conde apretándose uno de aquellos legendarios bocadillos de la bodeguilla; Mikel Rodríguez, Antón Uriarte, Venancio Igartua, otro asiduo de la casa; Carmen García, Jon Martínez y una legión de habituales de la casa.