Bilbao. Quirón Bizkaia decidió sumarse hace dos meses y medio al acuerdo que el grupo hospitalario al que pertenece firmó con el Gobierno libio a través de su Embajada en España para tratar a los combatientes heridos de guerra. Desde entonces han pasado por el centro clínico de Erandio un total de 50 pacientes. En estos momentos están siendo tratadas 14 personas. Cristina Barrenetxea, directora médico del Hospital Quirón Bizkaia, se muestra satisfecha de poder atender a este grupo de jóvenes libios. "Son gente muy educada y muy agradecida", señala.

Antes de nada, la doctora Barrenetxea aclara que el grupo Quirón, "mantiene muchos acuerdos con compañías internacionales, no solo con el Gobierno libio". "Nosotros tenemos pacientes" señala, "que vienen de otros países bien porque están de vacaciones o desplazados".

Los primeros pacientes libios llegaron a finales de febrero. De esta forma Quirón Bizkaia seguía la estela de Barcelona y Madrid en el tratamiento y la recuperación de combatientes que lucharon en la guerra iniciada en Libia en febrero de 2011. Según explica Jamal, uno de los traductores, "en plena guerra, los heridos eran enviados al primer país que se podía porque en Libia no se daba abasto, pero ahora, que la situación se ha establecido un poco, el gobierno busca países y centros hospitalarios más especializados". Así, actualmente los combatientes son tratados en Alemania, Suiza, Turquía, Italia, entre otros países.

A Quirón Bizkaia llegan, según detalla su directora médico, "con patologías relacionadas con explosiones de bombas, heridas de bala, metralla y accidentes de tráfico".

Operaciones Por eso, la mayor parte de los pacientes tienen que ser sometidos a operaciones quirúrgicas". "Son intervenciones de traumatología", señala la doctora Barrenetxea, "que apenas necesitan días de ingreso en el hospital". Aun así, intentan que su estancia sea lo más llevadera posible. "Pusimos un par de canales de televisión árabe y las carnes se sacrifican por el rito Halal; lo hacemos así para que se sientan más a gusto y más cómodos", resalta. A pesar de ello, reconoce que los jóvenes prefieren estar fuera del hospital. "Aquí se aburren", dice.

Para que sea más entretenida la estancia, la pequeña comunidad libia en Bizkaia les ayuda tanto en traducción como en el traslado desde el hotel donde residen hasta el centro hospitalario. "Todos son muy majos", señala ahora Alejandra De Miota, responsable de marketing de Quirón Bizkaia. Todos quieren volver a su país para retomar sus ocupaciones y, por supuesto, para reencontrarse con su familia. Muchos de ellos llevan casi tres meses fuera de casa.