KOLDO Somokueto está ilusionado. El orgullo le invade y también se acercan a él un poco los nervios. Afronta el primer gran proyecto de su etapa profesional y encima, está relacionado con su pueblo, con Urduliz.

Además, tiene a su lado a Ludger Mees, una referencia en el ámbito de la Historia, un apasionado que transmite su energía y conocimiento de causa en cada palabra.

Bajo la dirección de este catedrático de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y doctor en Historia (Universidad de Bielefeld, Alemania), Somokueto se va a sumergir en el pasado de Urduliz, por lo menos en una parte: la época que comprende la Segunda República y la Guerra Civil. El resultado de estas investigaciones, que se prolongarán durante dos años, se recogerá en un libro.

Este proyecto nace a raíz del convenio que firmaron el año pasado el Ayuntamiento de la localidad y Eusko Ikaskuntza, sociedad de la que son miembros tanto Ludger como Koldo. "En Urduliz había gente muy interesada en el pasado de su pueblo. Se hablaba mucho de la historia, pero realmente nadie sabía cosas concretas de lo que ocurrió.Yo quisiera subrayar la importancia de este hecho, de que se quiera descubrir el pasado, porque hoy en día en estos tiempos de crisis, que se recorta de todos lados y no hay dinero para nada, hay gente que piensa como yo: que un pueblo no puede vivir sin conocer su historia, sin saber de dónde viene y qué se hizo", valora el catedrático alemán de la UPV. Desde el Consistorio tenían claro que un vecino tenía que formar parte de este viaje al pasado y ahí es donde entró en juego Koldo.

"Nos apuntamos dos personas a esta beca y al final la otra renunció, con lo que tuve la suerte de poder introducirme en el mundo de la investigación, que no es nada fácil hoy en día. Es algo muy positivo y estoy realmente contento", afirma.

Este joven urduliztarra ya ha comenzado a recopilar datos sobre su localidad entre 1931 y 1939. "Estoy leyendo bibliografía secundaria para tener el marco histórico definido y luego poder ubicar la historia concreta de Urduliz. Será un proceso que durará hasta septiembre", explica el historiador. Las fuentes documentales para este tipo de trabajos son "el archivo municipal, el archivo diocesano, la Fundación Sabino Arana, ya que allí habrá información del archivo de Salamanca.

Y luego, todo el fondo de la hemeroteca, porque las publicaciones periodísticas son muy importantes. Además, está todo el archivo territorial y habría que mirar si en el archivo del Estado hay algo que nos interesa", señala Somokueto.

Primeras pinceladas De momento, las primeras inclusiones en el terreno histórico han deparado relevantes sucesos. "Urduliz era un pueblo de ideología nacionalista y al poco tiempo de entrar las tropas franquistas en él se hizo un juicio sumarísimo a todo el Ayuntamiento, incluidos los alguaciles, por el que fueron todos condenados a cadena perpetua", desvela Koldo.

Paralelamente a esta documentación a través de lo escrito, la información se completa con la palabra, con testimonios de personas que vivieron la época, una fase del estudio con la que arrancarán en breve. "La ventaja es que Koldo es de Urduliz y así puede haber de antemano un clima de confianza que facilita la conversación.

Porque en los ámbitos rurales cuesta un poco crear ese ambiente de comodidad cuando alguien viene de fuera", indica Mees.

El catedrático sostiene que "el gran reto" que tienen en este proyecto es no quedarse meramente en lo anecdótico, sino ir a un contexto más amplio. "No queremos hacer única y exclusivamente una historia para la gente de Urduliz. Nuestro estudio tiene que reflejar un contexto histórico más general. No solo nos interesa el detalle de que esa persona del aquel baserri votó al PNV. Queremos mirar detrás de este voto para dar con unas relaciones más amplias conectándolo con el contexto general. No te puedes quedar ahí, hay que dar el siguiente paso", concluye Ludger.