En el costurero de la literatura hay un elemento esencial: el hilo conductor. Acostumbran los escritores a conjurarse a su alrededor, como si fuese el fuego de campamento, ese donde crepitan las mejores historias al anochecer. Es necesario enhebrarlo bien en busca de la coherencia, el ritmo y el compás de un relato. Es, sin dudarlo, uno de los grandes desafíos de la narrativa.
A ese cometido reta el certamen Bizkaidatz, organizado por la Diputación Foral de Bizkaia. La historia se cuenta rápido. Dos escritores comienzan un relato inconcluso e invitan a un puñado de valientes a que lleguen al punto y final. En esta ocasión, quinta edición del concurso, fueron Goizalde Landabaso, en euskera, y Juan Carlos Márquez, en castellano. El primero se titulaba Memoriaren mutazioa, mientras que el relato de Juan Carlos arrancaba con un Donde ya solo hay mar. Nada hay más tentador para quien ama la escritura que los desafíos, así que fueron 61 las obras presentadas al certamen. En un guiño a la literatura, la convocatoria fue cursada el 24 de octubre, Día Internacional de la Biblioteca, y el desenlace llegó un 23 de abril, Día Internacional del Libro. Un de oca a oca literario y con pluma. De escribir, se entiende.
Ayer, en una ceremonia presidida por Josune Ariztondo, diputada de Cultura, y Gonzalo Olabarria, director del ramo, se supo que Javier Beotegui dio con el dardo en la diana y se impuso en la modalidad en castellano. Le acompañaron en el podio Yolanda Maruelo y Óscar Alonso. En euskera el laurel fue para Ander Gartzia, con Imanol Sorondo y Elene Etxaniz pisándole los talones. El veredicto fue dictado por Seve Calleja, Esther Zorrozua, David Tijero e Iñaki Mendizabal, amén de los dos escritores que lanzaron por delante la liebre de la palabra para que los galgos de la escritura la alcanzasen. Para cuando se conoció el dictamen, Amaia Arkotxa y el actor Juan Viadas ya habían hecho una lectura dramatizada de las seis obras elegidas. Para el oro hubo 1.500 euros de premio; 500, para la plata, y el reconocimiento público para el bronce, amén de la gran aspiración de quien escribe: ver su trabajo publicado.
Todo sucedió en la Biblioteca de la Diputación Foral de Bizkaia, donde se citaron varios de los concursantes, gente de la organización, escritores, hombres y mujeres de letras, familiares e invitados de toda condición. Entre ellos se encontraban gente como Alex Oviedo, el escritor Juan Bas, Isabel Fierro, Estibaliz Santisteban, Clotilde Olaran, Ana Renouard, Maribi Cañibe, Estíbaliz Bartolomé, Elena Moreno, Javier Odriozola, Carmen de los Ríos, Isabel Rodrigo, Agustín Bilbao, Javier Ortiz de Koska, Ana Álvarez, Iluminada Cambrero, Arantza Gorordo, Cristina Palacios, María Jesús Aranguren, Idoia Marañón, Ignacio Satrustegi, Begoña Gallastegi, José María Hernández, Mari Carmen Otxoa y un buen número de gente que se dio un baño de letras a media tarde. Para todos ellos el Día del Libro fue una jornada emotiva.
Todo había comenzado, insisto, en octubre pasado bajo el lema Esta Historia la escribes tú/Jarraitzeko prest? Orain zure txanda da, cuando se convoca el concurso con el objetivo fundamental de impulsar la capacidad creativa y narrativa de los participantes. El recuento habla bien a las claras del interés despertado: han participado 45 personas en castellano (26 hombres y 19 mujeres) y 16 en euskera (7 hombres y 9 mujeres). Todos ellos se embarcaron en este proyecto con la ilusión fresca, recién pescada. Y cabe esperar que muchos de ellos lo intentarán una y otra vez. La vocación va hilada a una cualidad: la tenacidad. Es gente inasequible al desaliento, gente dispuesta a darle hilo a su cometa.