Zierbena

Ni siquiera el astro rey, después de una semana en la que estuvo prácticamente escondido, se resistió a participar ayer en la romería de Cornites celebrada en el farallón rocoso de Punta Lucero, una de las costumbres ancestrales de los zierbanatos que este año ha contado con el impulso de la asociación cultural que toma el nombre de este singular alto que domina la entrada noroeste de El Abra.

Animados por la primaveral mañana, fresca pero luminosa y calmada, y a pesar del adelanto horario que restó una hora de sueño a los participantes, más de 200 vecinos del municipio y de otras localidades de Ezkerraldea y Meatzaldea se dejaron seducir por la propuesta de la asociación cultural. La cita tuvo por objeto recuperar el esplendor de esta romería que ya celebraban los zierbanatos antes de que Punta Lucero se convirtiera en un enclave bélico privilegiado para la defensa artillera de la costa vizcaina.

La cita comenzó a las 11.30 horas en la plaza del barrio de La Cuesta desde donde partió el grupo más numeroso; si bien, junto con los habituales mendizales de Ezkerraldea y Meatzaldea que visitan regularmente este picacho de 307 metros de altitud, muchos participantes ya habían iniciado el ascenso sin esperar a los miembros de la organización. "Es un ascenso que apenas presenta dificultades, ya que el camino de acceso se encuentra totalmente asfaltado hasta la entrada misma del antiguo complejo militar", destacó la portavoz de la asociación cultural zierbanata, Marga Martínez, que ayer tuvo que pegarse un buen madrugón para conseguir los cerca de 100 cornites con los que la organización tenía previsto agasajar a los niños que se animaran a participar en la romería.

Asimismo, los más pequeños fueron los protagonistas de diversos juegos populares, como la sokatira, los bolos a katxete o el sin par tirachinas que les tuvieron entretenidos durante un buen rato. No en vano el programa tenía en los más pequeños a sus principales destinatarios "para que asocien esta celebración con un marco festivo y de diversión y se animen año tras año a seguir la tradición de sus mayores de subir a Punta Lucero para celebrar la romería de Cornites en Pascua".

Una tradición de la que apenas existen testimonios gráficos y fuentes documentales precisas sobre su origen temporal o su significado, a pesar de que la importancia que tenía para los vecinos de los seis barrios de Zierbena (El Puerto, Valle, La Arena, Kardeo, La Cuesta y San Mamés) se adivina en el hecho de que cada uno contaba con sus propias rutas de acceso a este picacho desde el que se observa tanto la ría del Nervión y El Abra como Eskuinaldea, Muskiz y la costa de Cantabria hasta Castro Urdiales.

El vigía de El Abra

El acuartelamiento estuvo en uso hasta principios de 1980

Esta privilegiada situación hizo que esta modesta cumbre -su buzón está situado a apenas 307 metros- jugara un importante papel bélico por su condición, junto a Punta Galea, de vigía de El Abra. Ello convirtió a esta montaña en un paisaje lleno de cañones, búnkers, fortines, galerías subterráneas y nidos de ametralladora que aún hoy a pesar de su patente abandono pueden recorrerse sin excesivos problemas, lo mismo que la cercana cueva del Covachón que se utilizaba como improvisado gallinero.

Esta construcción militar data de los primeros meses del año 1937 y durante la Guerra Civil se convirtió en un punto estratégico para la defensa en contra de los ataques del bando nacional. La historia destaca que Punta Lucero tuvo un papel muy importante durante la batalla del cabo Matxitxako y más concretamente en el combate con el crucero Canarias, perteneciente al bando de los sublevados, que se adentró en el radio de acción de la batería de Punta Lucero, la cual abrió fuego haciendo que el crucero se retirara hacia el norte. Años después, a causa de su importancia estratégica, Franco decidió ampliar y conservar este fuerte ante un posible desembarco de las fuerzas aliadas al final de la Segunda Guerra Mundial. Años atrás, la batería estaba armada con seis obuses Ordóñez modelo 1891 de 240 mm, pero estas piezas fueron voladas por los republicanos al retirarse de Bilbao.

A día de hoy, aún quedan vestigios de este complejo militar, como son los cañones Krupp alemanes de 150 mm. de un alcance aproximado de 16 km. según se detalla en el informe elaborado en enero de 1940 por la Tercera Sección del Estado Mayor del Ejército para conocer el estado de las artillerías de costa y que se encuentra depositado en el archivo histórico municipal de Cádiz.

Detalles de la historia de Punta Lucero, algunos de los cuales se rememoran en un monolito situado a la puerta del acuartelamiento militar, junto al cual la asociación cultural zierbanata situó ayer un mástil en el que se izaron la ikurriña y la bandera de Punta Lucero Elkartea cuyo fondo es el mismo de la enseña oficial zierbanata.

"Con este acto festivo, desde la asociación cultural queremos significar y reivindicar la importancia que para los zierbanatos ha tenido, tiene y tendrá esta cumbre que desde antaño fue un lugar donde se practicaba el pastoreo y se escudriñaban las aguas del Abra para otear los barcos de pesca", reseñó Martínez, quien señaló que la "romería, así como el katxete, no tiene fecha".