Trapagaran
El Carnaval es una celebración en la que principalmente se combinan algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle y que tiene como características comunes la permisividad y un cierto descontrol. Asociado principalmente con el catolicismo, los etnólogos encuentran en el Carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno, las celebraciones dionisíacas griegas y romanas. Algunos autores consideran que para la sociedad rural, fuertemente estructurada por el cristianismo, el tiempo de carnestolendas ofrecía mascaradas rituales de raíz pagana y un lapso de permisividad que se oponía a la represión y la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.
Este sábado, Ezkerraldea y Mea-tzaldea pusieron en lid dos celebraciones bien distintas del rito carnavalesco: las Carrascoliendas de Trapagaran y el primer desfile de Carnaval para mascotas de Sestao. Dos citas, que salvando las distancias tuvieron como denominador común la diversión de la que disfrutaron las cientos de personas que tomaron parte tanto en uno como en el otro.
Carrascoliendas En el caso de Trapagaran, las Carrascoliendas han resurgido a partir de un largo proceso de investigación llevado a cabo por los jóvenes del municipio que se basaron en los testimonios recogidos entre los mayores del barrio de Urioste en Ortuella, depositarios de esta celebración rural que dejó de celebrarse en la década de 1930 si bien existe constancia de una práctica muy anterior que discurría entre los municipios colindantes de Trapagaran y Ortuella.
Este "desbordamiento" del límite administrativo se remonta a la particular relación existente entre los vecinos de Urioste y Trapagaran desde los tiempos en los que existían los tres concejos (Ortuella-Santurce antiguo, Sestao y Trapagaran) que se reunían en la ermita de San Bernabé de Urioste para dictaminar asuntos municipales.
"Además, en aquel tiempo no existían escuelas en Urioste por lo que los vecinos bajaban a estudiar a La Escontrilla en Trapagaran, y así, la relación entre ambas poblaciones ha sido siempre muy estrecha", comentan desde la organización que ha recuperado este rito popular que recorre los barrios trapagarandarras de Zaballa, Ugarte, Salcedillo y San Gabriel y el ortuellarra de Urioste.
Los participantes portan coloridas y disparatadas vestimentas en las que destaca el velo o las tiras de tela que muchos de ellos portan en su sombrero y que a modo de máscara dota de mayor anonimato al carnavalero. Acompañados de txistu, pandero y trikitrixa, amén de un camión con varios músicos, los carrascolientes acompañan sus danzas con simpáticas coplas entre las que destaca una referida al gallo negro que ocupa un lugar de centralidad en la romería festiva y que reza: "Cuando fuimos a Granada, Cuando fuimos a Toledo, Nos salieron los ladrones, Nos robaron el dinero. Con lo poco que nos dejaron, compramos un gallo negro, y este gallo es comedor de trigo y cebada ajeno. Ya lo ha visto el cirujano, también lo ha visto el barbero, todos dicen que no es nada, y el gallo se nos va muriendo".
Antiguamente durante las carrascoliendas era costumbre pedir comida por los lugares por donde pasaba la comitiva festiva tal como recuerda la copla que dice que "La mujer de esta casa, es una santa mujer, pero más santa sería, si nos diese de comer". Hoy día la petición se ha suprimido y en su lugar se organiza una comida popular para los asistentes, que como pudo verse ayer eran de todas las edades, aunque como decía la copla, "Como jóvenes del pueblo, nos despedimos formales, deseando para todos, asen buenos carnavales". Una celebración que junto al buen humor en torno a la recuperación de esta tradición popular, en la que participaron cerca de 200 vecinos, sirve de marco para potenciar el uso del euskera. "Auzoz auzo heldu gara, Umore on ta gogoz, Kantu ta dan-tza eginez, ondo pasatu asmoz".
Disfraces a cuatro patas Frente al esfuerzo parea la recuperación histórica de una celebración con raigambre popular. Sestao vivió ayer el nacimiento de una nueva variante carnavalera con las mascotas como protagonistas y que obtuvo un gran éxito tanto de asistentes como de participantes, con 27 inscritos aunque finalmente solo tomaron parte 25. Fue precisamente el último participante del concurso, de nombre Copito, quien se alzó con el primer premio de este desfile organizado por una tienda de mascotas con el apoyo de una clínica veterinaria y un distribuidor de alimentos para animales.
Vestido como un forzudo levantador de piedras, este perro de aguas propiedad de Bibiana y Oskar, encandiló al jurado y al público asistente tanto por la originalidad de la propuesta como por el carácter bonachón del animal que cumplirá en breve 4 años rodeado del calor de sus dueños que lo rescataron hace casi dos años -lo hará en abril- de una sociedad protectora de Santurtzi. "Es un buenazo", reconocía Bibiana mientras le animaba a levantarse ofreciendo la típica postura de un harrijasotzaile en pleno esfuerzo para levantar la piedra. En este caso de 125 kilos, según aparecía rotulado en el lomo de este particular Perurena perruno. El segundo premio recayó en un Yoda de la película de la Guerra de las Galaxias que compareció en brazos de su dueña, quien iba ataviada con la vestimenta de los jedis, espada incluida al cinto.
El tercer premio fue para un enorme mestizo negro Lai, que disfrazado de hada compuso junto a sus dueños una escena de bosque encantado que fue muy aplaudida por las cerca de 300 personas que se congregaron en la plaza del Kasko sestaoarra. "Estamos muy contentos de cómo se ha desarrollado todo y aunque ha habido algunas cosas que mejorar estamos seguros de que la gente se ha divertido viendo los disfraces que traían las mascotas", aseguraba Agurtzane Sánchez-Antolín, quien confía que esta cita se haga habitual en el calendario carnavalero de los próximos años. "Vista la aceptación de público y de participantes de esta primera edición pensamos que el Ayuntamiento podría implicarse para ayudarnos un poco a dar realce a esta cita", concluyó la organizadora rodeada de divertidas mascotas disfrazadas de abejas, bebés, rockeros, caballos, payasos, flamencas, diablesas, arlequines, un león e incluso un perro salchicha. Estaban todos para comérselos.