Ea. La demora en la limpieza del desprendimiento de tierra y rocas que se produjo la semana pasada, así como las posteriores labores de fijado de la ladera podrían demorarse hasta el verano, lo que impediría el acceso de los bañistas a las instalaciones de las inmediaciones del arenal exterior de la localidad en la temporada estival .
Nada más producirse el corrimiento de tierra, el pasado día 27, motivado por las incesantes lluvias que cayeron durante varias jornadas, el Ayuntamiento eatarra se puso en contacto con los Departamentos de Puertos y de Costas, competentes en la zona afectada. Los representantes del organismo autonómico acudieron al puerto y se reunieron con representantes municipales, a quienes sugirieron la conveniencia de esperar varias semanas para proceder a la retirada del material caído, ante la posibilidad de que se produjeran nuevos desprendimientos.
Por su parte, el Consistorio aún está a la espera de llevar a cabo una reunión con los representantes de la Demarcación de Costas, para definir el alcance del problema y planificar su solución.
Lo cierto es que, mientras tanto, se corre el serio peligro de que este verano no pueda utilizarse este acceso -buena parte del muelle permanece cerrado por razones de seguridad-, desde donde se llega al arenal, así como a sendos vestuarios para los bañistas. Desde el Ayuntamiento de la localidad han querido destacar "la importancia que para el pueblo tiene este enclave tan utilizado, sobre todo durante la época estival, en la que el pueblo triplica su número de habitantes", han advertido.
Antecedentes Esta circunstancia, no es novedosa, ya que en el mismo lugar del desplome ya se actuó hace unos años colocando una malla de seguridad, "aunque existen otras zonas inestables en la misma ladera", señalaron fuentes municipales. Aún así, en enero del pasado año soportaron este mismo problema, que el Ayuntamiento resolvió, con la colaboración del Departamento de Puertos, gracias al menor volumen del derrumbe. No obstante, la gran dimensión del desprendimiento actual -se calcula que cayeron 1.500 toneladas de tierra y rocas- hace imposible que los operarios municipales hagan frente a su retirada y a la fijación de la ladera.
Los técnicos de Puertos del Gobierno vasco analizarán el origen del problema "una vez que cesen las lluvias"; mientras tanto, el acceso permanecerá cortado durante, al menos, un mes.