Antonio Izaguirre, el último gudari de Enkarterri, cumple 100 años
Antonio espera este día con mucha ilusión y ganas de vivir. “Cuando cumpla los cien años, pediré prorroga. Cada año pido prórroga y Dios me la concede. Ojalá siga aquí muchos años pero como ahora, para estar así como estoy, no para sufrir”, comenta Antonio.
Y es que este futuro centenario, a su edad mantiene intacta su autonomía, no necesita ayuda para sus cuidados, tiene el hábito diario de leer dos periódicos para lo que no necesita la ayuda de gafas y tiene una memoria extraordinaria. “Lo único que me falla es el oído y que tengo la columna algo desgastada y desviada. Pero tengo buen apetito, buen humor y ganas de vivir, ¿qué mas quiero?”, comenta Antonio.
Procedente de una familia de diez hermanos, Antonio vivía en la zona de La Ribera del barrio de Iorgi de Sodupe, a los 23 años tuvo que ir como soldado a la Guerra Civil acompañado de otros tres hermanos, los cuatro volvieron vivos. Volvió de la guerra con 26 años y después de dos años y medio de ser novio de Pilar se casaron y fueron a vivir a La Quadra. Fruto de ese matrimonio que duró 63 años hasta que Pilar falleció con 87 años, nacieron tres hijos Enrique, Vicente y Loli. La familia se completa con su nieta Nerea de 23 años. “Ahora está en Cambridge estudiando, pero hablo con ella a través de las nuevas tecnologías”.
Hace 35 años, con 64 años y cinco meses, se jubiló de su trabajo en Echebarria, ocupación que ha compaginado siempre con las labores de la huerta de su suegro. “Hasta el año pasado he estado trabajando en la huerta, poco no vaya a ser que me cayese, pero iba, ahora ya no voy a la huerta por si acaso me caigo que los huesos no están como antes”, explica este vecino centenario de La Quadra que se caracteriza por su carácter afable y reconciliador y su afición al fútbol.