Bilbao. Barakaldokoa naiz eta daukat paro obrero, horregatik euskaltegira noa ni egunero. Euskaraz bazekien nire bisabuelok edo, baina nik rollo hontaz orain arte zero. Goizero-goizero AEKn bezero, batzuetan ero, besteetan bero, baina ez dut milagro handirik espero. La letra de la popular canción de Oskorri Euskaldun berriaren balada ya lo anunciaba: aprender euskera no resulta tarea fácil, y menos en una Bizkaia con una realidad sociocultural tan dispar. No es solo aprender el idioma, es también utilizarlo. Y, en eso, hay zonas del territorio que lo tienen más fácil... o difícil que otras.
La localidad del herrialde donde más se emplea el euskera en la vida cotidiana es Ondarroa. Allí, casi la totalidad de sus 8.856 habitantes (un 93,6%) se comunica en la lengua vasca. El entorno, sin duda, ayuda. Gernika, Bermeo, Lekeitio... la comarca en general es principalmente vascoparlante y ello facilita la normalización lingüística. En la parte contraria se encuentran los municipios de Ezkerraldea, tradicionalmente castellanoparlantes, pero que, en los últimos años han dado muestras de un trabajo constante -ayudado por los planes de normalización de los ayuntamientos- por conocer e incluir el euskera en su día a día.
Así, por ejemplo, Barakaldo, con poco más de 100.000 habitantes, presenta un 18% de población euskaldun, aunque solo el 2,8% se comunica habitualmente en este idioma. Sin embargo, en el ayuntamiento fabril, los partidos trabajan para que cada día se hable más. Es por ello que se ha alcanzado un acuerdo para destinar una partida de 50.000 euros al aprendizaje del euskera. En Portugalete, con una población de 47.856, tan solo el 2% sabe euskera. Los datos están extraídos de sendos estudios realizados por Soziolinguistika Klusterra y el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), dependiente del Gobierno vasco."Es imposible que cuando salimos de casa nos encontremos solo con euskaldunes. Si el porcentaje de los que habitualmente lo hablan fuese mucho mayor, significaría que solo tendríamos relaciones con vascos", afirman desde Soziolinguistika Klusterra.
Las realidades referidas son pues muy diferentes y el entorno, determinante, para los euskaldunberris. "Los datos no son negativos teniendo en cuenta que su aprendizaje tiende a costar; pero la población se esfuerza mucho. Siempre que analizamos esto tenemos que tener en cuenta el entorno en el que vivimos. Por ello, los datos pueden parecer bajos, pero yo creo que poco a poco la sociedad está empezando a hablar más euskera", dice Amaia Onandi, profesora de AEK en Portugalete.
Su opinión es refrendada por Idoia, irakasle del mismo centro en Sestao: "El municipio donde se reside influye mucho a la hora de hablar en euskera o en castellano. Por eso, al final, en Ezkerraldea, la primera palabra que damos de cara al público siempre tiende a salir en castellano, sepamos o no euskera". Idoia pone como ejemplo su propia familia. Ella tiene una hija de 7 años y siempre se comunican en euskera, pero cuando la pequeña sale a la calle... "cambia el chip y comienza a hablar en castellano".
Joseba Fernández, también de Sestao y euskaldunberri, aporta su propia visión: "Tenemos que tener en cuenta ciertos factores entre los que yo destacaría dos. Para empezar, aprenderlo no es una tarea de un día. Se tardan muchos años y hay que tener mucha paciencia", asegura. Y prosigue: "Además, nuestro entorno también nos dificulta mucho; por lo que los datos no pueden ser mucho mayores. Es imposible salir a la calle y que todas las personas que nos vayamos encontrando por el camino sean euskaldunes", reflexiona.
La más euskaldun Gernika, Lekeitio Ondarroa, Bermeo... representan la otra cara de la moneda lingüística. Allí, el euskera forma parte de su día a día. Por citar algunas cifras, en Gernika, el 67% es euskaldun (16.244 población); un 48,9% lo practica habitualmente. Aunque, también hay que destacar que un 5,9% se comunica en otro idioma que no es ni castellano ni euskera. Este porcentaje resulta muy alto en comparación con otros municipios debido a su alta tasa de inmigración.
Aitor Astondoa, de 56 años, es natural de Gernika y asegura que, para él, el euskera es uno de los idiomas "más bonitos del mundo". No tiene comparación. "Lo importante de nuestra cultura reside ahí, en que todos los que lo sabemos lo hablemos sin ningún tipo de excepción", dice. "El problema no está entre las personas que no lo saben. Es normal que les cueste aprenderlo. Tal vez no les parezca fácil. Lo grave es que los que lo saben no lo utilicen frecuentemente", sentencia.
Desde Ondarroa, municipio donde más se utiliza, también opinan lo mismo. Lo importante es hablarlo entre quienes lo saben sin ningún tipo de excepción. "Nosotros hablamos con nuestro idioma porque la personalidad de un vasco reside precisamente en eso. En hablar euskera", comenta Leire Díaz. Cabe destacar también que este municipio, junto con Markina, registra el mayor porcentaje de inmigración de todo el territorio respecto a su población total, alcanzando un 6,25%. Es decir, un 1,25 puntos más que la media. Y aquí también Ondarroa es especial. Muchos de estos inmigrantes se instalan en el municipio y, como el euskera está tan extendido en sus calles, no les queda más remedio que aprenderlo para poder comunicarse. Así, el idioma sigue manteniéndose vivo. "Yo aprendí en cuanto vine. Me costó mucho, pero pensaba que estando aquí era lo mínimo que podía hacer", alega un joven senegalés. Confiesa que no le resultó fácil y que, dos años después de aprenderlo, "aún me lío con los verbos y al hablarlo mucho rato seguido".