BILBAO. El aparcamiento del Ensanche será sometido a una reforma en los próximos meses para subsanar los defectos que presenta la construcción en estos momentos y mejorar la accesibilidad. Sin embargo, el Ayuntamiento ha renunciado a la idea inicial del proyecto que proponía un cambio en los accesos así como la modificación de la plaza. El concejal de Circulación y Transportes explicó que la reforma será más humilde destinada en todo caso a "garantizar la seguridad". La decisión se ha adoptado tras valorar los inconvenientes tanto económicos como el trastorno que generarían las obras para construir un nuevo aparcamiento, que llevaría a tener, al menos dos años cerradas las instalaciones con el consiguiente perjuicio para los comerciantes.

El aparcamiento del Ensanche y el del Instituto salieron a licitación en 2010, fecha en la que en ambos aparcamientos se terminaba el periodo de vigencia de la concesión. En el caso del parking del Instituto la obra no presentó mayores problemas puesto que los trabajos consistieron en un lavado de cara. Además de adecentar todas las plantas se instalaron tomas para coches eléctricos y se realizaron otras mejoras tendentes a modernizar el aparcamiento. Pero, en el caso del Ensanche la reforma exigía una obra de mayor envergadura. Según explica Asier Abaunza, en primer lugar había que proceder a una modificación de la propia estructura. Además, el área de Circulación y Transportes se había propuesto sustituir los accesos actuales por una entrada y salida diferentes con la pretensión de mejorar el tráfico. El proyecto planteaba que la entrada fuera por Eudel y la salida por Ibáñez de Bilbao. Con ello se mejoraba la accesibilidad pero además contribuía a solucionar el problema de tráfico que se suele generar habitualmente con las colas de acceso al parking.

estudios El Ayuntamiento contaba con un estudio inicial realizado por SAITEC que detallaba los defectos del aparcamiento. Posteriormente la concesionaria encargó un segundo estudio, este más en profundidad, y se hicieron catas que determinaron que la estructura está más dañada de lo que parecía. Ante este diagnóstico el área decidió encargar a Labein un tercer estudio de confirmación. Los técnicos realizaron catas destructivas y comprobaron los forjados del interior. Las conclusiones corroboraron el mal diagnóstico que tenía la concesionaria. Con estos elementos los expertos consideraron que el aparcamiento presentaba unos problemas importantes como para prorrogar otros 20 años la concesión de la explotación de este aparcamiento. En esta situación, entre las soluciones que se proponen se encuentra realizar refuerzos mediante carburos, un sistema muy caro.

Así, el Ayuntamiento se plantea una segunda opción que es la de hacer un nuevo aparcamiento. "No traía cuenta acometer unas obras tan importantes y con un coste tan elevado para reformar una estructura que en todo caso seguiría siendo vieja".

Por otra parte, hacer un nuevo aparcamiento también presentaba sus handicaps. La obra conllevaría el hecho de que al menos durante dos años el aparcamiento tendría que estar cerrado a los vehículos. Además, las obras repercutirían no sólo en molestias sino también en afluencia de clientes a los comerciantes del Ensanche. En una situación de crisis tan complicada como la que se vive en estos momentos, esta opción también se presentaba como la más apropiada. Tampoco hay que olvidar que el parking del Ensanche es uno de los más utilizados de la capital por lo que cerrarlo durante un periodo mínimo de dos años acarrearía problemas importantes en el centro de la ciudad. Además, los edificios del centro, en su gran mayoría no tienen aparcamientos vinculados a los edificios por lo que la necesidad de plazas rotatorias es evidente.

Con estas premisas el Ayuntamiento ha optado por una decisión intermedia. Se ha decidido no tocar los forjados puesto que son los trabajos que más encarecerían el proyecto de reforma. De esta manera el Ayuntamiento de Bilbao realizará una reforma interior más modesta al igual que se ha hecho en el parking del instituto. Se van a repercutir las zonas que tienen una patología.

Los trabajos aprovecharán para mejorar la accesibilidad del parking, puesto que ahora el ascensor solo llega hasta la planta menos uno, para que tenga acceso desde la calle. Respecto a los accesos de entrada y salida de vehículos no cambian de ubicación como se había propuesto en un primer momento. Además se plantea un segundo ascensor en el edificio del Ensanche que también mejora la accesibilidad.

El Ayuntamiento decide, sin embargo, acortar el periodo de la concesión que en principio se prolongaría otros 20 años, pero que sin realizar una reforma total no es recomendable. Con este nuevo proyecto se prolonga la vida del aparcamiento otros nueve años hasta 2020. El proyecto ha sido aprobado en la junta de gobierno celebrada ayer. Los trabajos comenzarán tras las rebajas y durarán seis meses.