Getxo. El hijo del comandante Jacques Cousteau alerta de la debilidad del medio marino. "Es fácil taparse los ojos ante los problemas ecológicos y decir: No, no pasa nada. Pero hay tantos que parece imposible", reflexiona. Aun así, Pierre quiere mirar al futuro con optimismo: "En realidad, pienso que la humanidad tiene la inteligencia, la ciencia y la tecnología para arreglar esto".
¿De qué manera participa en la Semana del Mar de Getxo?
Voy a hacer muchas cosas: voy a dar una charla sobre el proyecto Cousteau Divers y otra sobre la filosofía de mi padre. Además, voy a bucear con varias personas de aquí. Es la primera vez que voy a hacer una inversión en las aguas de Getxo y no sé lo que me voy a encontrar, pero en todos lados se ve que cada vez hay menos y menos peces. Para mí, la solución es crear áreas protegidas.
¿Cómo imagina que serán las profundidades del mar Cantábrico?
He buceado dos veces en el Atlántico, una en Vigo y otra en el norte de Francia, y creo que esto se parecerá. Son paisajes misteriosos, con poca luz y con plantas y algas. Es un mar muy mágico y simpático.
¿Qué supone para usted continuar con el legado de su padre?
Yo, como millones de personas en todo el mundo, soy un hijo de Cousteau. Soy un admirador y me he inspirado en su trabajo y en su visión increíble para hacer mi parte en el estudio y la protección del medio ambiente. Creo que mi padre ha inspirado a millones de personas a estudiar biología marina, a hacer activismo ecológico, buceo… y yo soy una parte de eso.
¿Cuál es la principal emergencia en el mar hoy en día?
Es difícil decir solo una cosa, pero hay una emergencia a nivel mundial que es la acidificación de los océanos, que es una consecuencia de todo el CO2 que dejamos en la atmósfera. Eso es realmente un gran problema porque en poco tiempo, 20, 30 o 40 años, vamos a perder a todos los animales que construyen caparazones, como las langostas o los mejillones. Hay otro problema muy grave que es más específico de España. Ahora asistimos a una extinción de los tiburones en aguas de todo el mundo, mueren 80 millones cada año porque hay un mercado en Asia para el consumo de las aletas. España es de los primeros exportadores de aletas a Hong Kong. Este negocio es malísimo para el medio ambiente porque los tiburones juegan un papel muy importante en el ecosistema marino. España tiene el poder de cambiar cosas si modifica su legislación sobre la exportación de aletas de tiburón.
Con esta crisis global, ¿los gobiernos se implican con los océanos?
En realidad creo que en este momento de crisis tenemos la oportunidad de hacer un cambio hacia una economía que esté más en armonía con el medio ambiente, que pueda ir acorde con las leyes naturales del planeta.