Basauri. Amigos, pintores, residentes en Basauri y ganadores del mismo premio. Koldo Etxebarria y Luis Miguel Gómez González han triunfado ex aequo en el VII Concurso de Artes plásticas del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y puertos del País Vasco. Lo han hecho casi sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor ya que hasta la misma noche de la gala de entrega de premios no sospechaban que sus cuadros podrían ser los seleccionados para el premio.

El certamen al que presentaron sus obras tiene fama mundial por la calidad de los artistas que se presentan. "El jurado está compuesto por personas que saben mucho, muy metidas en el mundo del arte", alaban los dos artistas. Aún así, las dos obras seleccionadas han sido las de los basauritarras.

Tanto les gustaron al jurado que el concurso no siguió su dinámica habitual de conceder un primer premio de 5.000 euros a una obra y un segundo de 2.500 a otra. Al ver los trabajos de los dos amigos, decidieron juntar los dos premios y hacerles ganadores a los dos por igual repartiendo el dinero entre ambos. "Ha sido toda una sorpresa muy curiosa, porque mira que ganar los dos, de entre tantas obras -alrededor de 200- que vayan a elegir las de dos amigos que hasta van a la gala juntos en el coche", confiesan a DEIA los dos artistas el mismo día después de la entrega del premios, cuando la emoción aún está a flor de piel y llega a indagar en el pasado, haciendo que hasta rememoren el día en que se conocieron "en una exposición en Basauri de Rodri con autores de esta misma localidad, aunque nuestras mujeres ya se habían conocido en la peluquería", recuerdan.

A crear este efecto en el jurado contribuyó la magia de los cuadros presentados. El de Koldo se titula La belleza está en el observador y resume los resultados de la investigación, que lleva años desarrollando en torno a este tema. "La belleza no está en los objetos, ni siquiera en los artísticos, sino en el que mira, que puede ser el mismo artista o una persona que lo ve. Y gracias a que la belleza está en él, el individuo consigue reconocerla en una obra de arte, un paisaje, etc.", avanza Etxebarria. Para ver esta belleza, el basauritarra asegura que es necesario estar en silencio, tranquilo, sentado sin pensar mucho, "simplemente disfrutar con la mirada", dice.

Es esto lo que está haciendo el protagonista de su cuadro. Un hombre sentado en una silla mirando por la ventana. De ella surge una luz cálida que simboliza la "lo emotivo, lo acogedor" y que envuelve al individuo y atraviesa la habitación.

Por su parte, el cuadro de Luismi se llama Habitación con vistas. Está compuesto por tres ventanales a través de los que se divisa un paisaje nocturno, crepuscular. "No de noche cerrada ni oscuro", matiza su amigo. La habitación está iluminada con dos fluorescentes pero es el paisaje el que centra la mirada. "He pensado en el Renacimiento al hacer la perspectiva. Las líneas de convergencia hacen que te introduzcas en la habitación", explica Gómez. Mientras, el suelo de la estancia tiene un brillo especial. Los reflejos hacen que la habitación "parezca de aceite", explica el pintor, debido al eco visual que la ventana produce en él. "Es un espacio de ensoñación en el que no hay figuras", describe Luismi. "Es muy zen", opina Etxebarria. El paisaje que protagoniza la imagen no está copiado de ninguno conocido sino que son fragmentos que pasean por la memoria del artista. "Es así como solemos funcionar, con trozos de cosas que forman un puzzle al que hacemos coherente", explica Gómez.

El dinero conseguido en este certamen, que además les sirve para lucir orgullosos en el curriculum, les servirá para continuar con su actividad. Luismi mantiene un taller en Basauri, en el que da unas clases que a punto estuvieron de hacerle faltar a la gala de entrega de premios ,y Koldo necesita un nuevo ordenador con una potencia fuera de lo común para continuar con su trabajo.

Actualmente, según cuenta Etxebarria, está inmerso en la creación de un nuevo encabezamiento del espacio Eguraldia (el tiempo) de ETB. Este espera incorporar elementos típicos del clima vasco como la lluvia y las nubes pero con el toque artístico y moderno que el basauritarra -último premio Ixatxak que concede el colegio San José- imprime a sus creaciones. "Va a ser realista, pero hecho por ordenador. La lluvia salpicará al logotipo y habrá nubes que la cámara traspasará con una luz lateral tamizada exquisita", relata. Esta empresa le ocupará mes y medio.