Bilbao. Su bautismo en el aire tuvo lugar en el aeropuerto de Lillo, en Toledo, a los 19 años. "Fue algo increíble", recuerda Koldo, que ahora tiene 31 años y muchos saltos en su haber. Junto a un grupo de amigos ha organizado a partir del próximo martes un encuentro en el aeropuerto de Burgos para promocionar el paracaidismo. "Yo animo a la gente a que quite el miedo y salte en paracaídas porque va a ser la mejor experiencia de su vida", dice.
¿Qué recuerda de su primer salto?
Que fue el mejor.
¿Por qué?
Porque no sabes lo que va a pasar. Y ahí está la emoción.
¿Tenía miedo?
No. Únicamente nervios, pero una vez que saltas, desaparece todo.
¿La adrenalina también?
La adrenalina la tienes puesta en el cuerpo cuando subes al avión, y esa misma adrenalina es la que te impide saltar en un primer momento. El instinto te tira para atrás, pero una vez que te lanzas el cúmulo de sensaciones es impresionante.
¿En qué se piensa?
En nada.
¿A qué velocidad se va durante el salto?
Haciendo la postura normal, con los brazos y las piernas extendidas, a unos 200 o 220 kilómetros por hora.
¿Durante cuánto tiempo?
Durante unos 60 segundos, que es el tiempo de caída libre. Es decir, desde que se hace el salto, a 4.000 metros de altura, hasta los 1.000 metros, que es cuando hay que abrir el paracaídas de forma obligatoria porque así lo marca la ley.
¿Y si falla?
Hay otro paracaídas de reserva que se podría activar de forma manual o si no, él solo se activaría a 275 metros mediante un sistema de seguridad que está instalado en todos los equipos de paracaidismo desde hace diez años.
¿Es seguro el paracaidismo?
Hay un dicho francés que dice que hay más muertes jugando al ping-pong que saltando en paracaídas. Y debe ser cierto. En España, todos los años hay miles y miles de saltos y apenas hay accidentes. Hay muertes de montañeros, ciclistas, submarinistas, pero de paracaidismo, nada.
¿Usted ha tenido algún susto?
He tenido percances, pero que han sido tonterías. Lo que pasa es que cuando se tiene poca experiencia, esos pequeños percances te parecen un mundo.
¿Recuerda alguno?
Por ejemplo, que tardó un poco más en abrirse o que se dio vuelta la campana del paracaídas.
¿Cuántos saltos realiza al año?
Unos cien, aunque el año pasado fueron algo menos por cuestiones de trabajo.
¿Dónde suele saltar?
Últimamente solemos ir a Pau.
¿Por alguna razón especial?
No. Porque está cerca de Bilbao.
¿Y la máxima velocidad que ha alcanzado en un salto?
390 kilómetros por hora.
¿Cómo lo hizo?
Saltando de pie
¿El aterrizaje es complicado?
No. Todo depende del tipo de paracaídas y la experiencia que uno tenga. Con un paracaídas de escuela, de aprendizaje, que es grande, te deja en el suelo como una pluma.
Hablemos de precios, ¿cuánto cuesta un paracaídas?
Hay de todo, como en los coches . Se puede conseguir un buen paracaídas de segunda mano por 2.000 euros.
¿Y un salto?
Un salto con equipo propio cuesta unos 25 euros y alquilándolo se pone en 45 euros.
Barato, ¿no?
No es barato, porque un día se pueden hacer tranquilamente cuatro saltos, o sea, 100 euros. Pero bueno, tampoco es carísimo. Es más caro esquiar un fin de semana.
¿El salto con instructor, en cuánto se pone?
Nosotros, en el encuentro que hemos organizado en Burgos, vamos a cobrar 220 euros, y si el que se tira quiere un vídeo del salto, 70 euros más.
¿Usted realizó su primer salto con instructor?
Sí, yo creo que es lo más recomendable para los que se inician en el paracaidismo.
Una vez que se adquiere experiencia, ¿qué es lo más bonito del paracaidismo?
Hacer figuras, soltarse, agarrarse, coordinarlas y hacerlas bien.
¿Qué le diría a alguien que no lo ha probado nunca?
Que quite el miedo porque va a ser el mejor momento de su vida. No hay nada comparable en esta vida como tirarse en paracaídas desde 4.000 metros de altura. Es inexplicable. Hay que vivirlo.
¿Los que acudan a Burgos recibirán algún tipo de cursillo?
Antes de volar se les da una clase teórica para explicarles la posición que deben ponerse y lo que no tienen que hacer. Del resto se ocupa el instructor.
Antes hablaba del tiempo que transcurre en la caída libre, pero ¿cuánto tiempo discurre desde que se abre el paracaídas hasta el aterrizaje?
Unos seis minutos en los saltos denominados tándem, los efectuados con instructor. Hay que tener en cuenta que en ese tipo de saltos el paracaídas hay que abrirlo antes, a 1.500 metros de altura.
Usted, además de paracaidista es piloto privado, ¿a qué se debe tanta afición por volar?
No lo sé. Yo desde que nací estaba obsesionado con el tema de los aviones. A los 10 años ya fabricaba mis propios aviones de madera teledirigidos. Estaba claro que el aire lo llevaba en las venas.
¿Es bonito volar en avionetas?
Es muy bonito. Es un mundo precioso y mucho más seguro que el coche. Volar es más sencillo que conducir. Yo, cuando aterrizo y me monto en el coche, pienso lo difícil que es embragar, mirar y estar atento para que nadie te dé un susto...eso es lo complicado.
Volar en avioneta sí que es más caro que saltar en paracaídas.
Sí, porque hay que alquilar la avioneta y luego pagar las tasas del aeropuerto, que en estos momentos son abusivas. Antes, aterrizar en Bilbao costaba 20 euros y ahora, 100.
¿Le hubiese gustado sacarse el título de piloto comercial?
Igual, sí, pero después de haber conocido a pilotos de líneas aéreas, no me atrae mucho. Todos me dicen que el primer año es muy divertido, pero que luego es un rollo, muy sacrificado. Para volar, lo mejor es hacerlo en avioneta.
¿Y usted vendiendo coches en Goñi Motor, de donde es gerente?
Así es. Los coches es el mundo laboral en el que me muevo, pero me gustan más los aviones.