Ana, una limpiadora de la Terminal 2 de Barajas que ha declarado esta semana en los juzgados de Plaza Castilla tras sufrir una agresión por parte de uno de los sintecho que duermen en el aeropuerto, asegura que trabajan “con mucho estrés y mucho miedo” porque estas personas “hacen lo que les da la gana, parece que el aeropuerto es suyo”. El sinhogarismo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde más de cuatrocientas personas pernoctan diariamente, casi todo hombres, lleva ya varias semanas en el centro de la pelea política entre administraciones, pero “esto lleva mucho tiempo, no es de ahora. Y desde hace un año o seis meses, la cosa es espantosa”, explica a esta trabajadora de 57 años.
El 8 de marzo, Ana llamó a la puerta de uno de los baños para personas con movilidad reducida avisando que tenía que limpiar y el hombre que estaba dentro salió a insultarle, le escupió en un brazo y le lanzó un trozo de heces a la cara, que la mujer pudo esquivar, además de amenazarla: “Cuando salgas te voy a matar”, relata la limpiadora.
Cuando llegó a la comisaría de la T4 para denunciar, “como este señor es archiconocido, ya le habían detenido”, pero por poco tiempo. “Le veo cada fin de semana, que es cuando trabajo, porque está allí. El 19 de abril, en el mismo baño, alguien me llamó por mi nombre, me di la vuelta y era él. Te vengo a pedir perdón, me dijo; pues no te lo concedo, le contesté. Entonces me amenazó con que me estaba grabando”.
Al juicio, el pasado martes, “ni se presentó siquiera, no habrán podido ni notificarle”, añade Ana que lo describe como “español, de treinta y tantos años” y posiblemente alcohólico. “Tenemos desánimo de denunciar porque son indigentes y no les pueden hacer nada. Les quitan de un lado y se van a otro. El aeropuerto está abierto y ellos se menean por donde quieren”. Nunca ha encontrado jeringuillas en la T2, ni tampoco chinches como en la T4, donde “me han dicho compañeros de seguridad que les han picado. Y a una compañera le tiraron pis a la cara, porque por la noche orinan en botellas y las dejan allí, al igual que los cartones y restos de comida”.
Inseguridad
A veces van con perros, con ropa súper sucia y entre ellos discuten, “son muy conflictivos”. Van a los contenedores exteriores de basura clasificada y “tiran todo para rebuscar. Están en todas las terminales, los baños están imposibles, se meten y no salen. Se está dando bombo a la T4 pero todas están igual, porque cogen el circular y van de una a otra”.
“He visto a uno insultar a un pasajero por no darle dinero”. A un empleado de seguridad “le cogieron entre dos y le partieron un labio, fue denunciado y ganó el juicio. A otro hace poco le cogieron del cuello pero no quiso denunciar porque piensan que no va a pasar nada”. También hay “gente que se porta bien, que duerme allí y que trabaja pero no pueden pagarse otra cosa. Hablé con una persona que trabaja en el propio aeropuerto”, añade. “Trabajamos con mucho estrés y mucho miedo porque entramos en los servicios y, si vienen a hacernos algo, no tenemos salida. Estamos limpiando y pendientes de si van a entrar”.
Su empresa, Serveo, cambia de zona a estas trabajadoras cada dos meses y, en horario nocturno, “trabajan de dos en dos”. Pero cuando les toca la zona pública del aeropuerto, los sintecho “están por todas partes”. A Ana le consta que su empresa “está hablando con Aena” y recalca que el sindicato USO “se está portando fenomenal” con los trabajadores. Mientras, las Administraciones local y autonómica apelan al Gobierno central para resolver la situación de estas personas sin hogar. Por su parte, l ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha reprochado al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid que “quienes no atienden a los indomiciliados son los responsables de que un aeropuerto se convierta en un albergue”.
En corto
ONG
Petición de ayuda Una quincena de entidades sociales han firmado un comunicado conjunto para exigir una respuesta “justa y humanitaria” de las personas que pernoctan en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
Las organizaciones advierten del “progresivo deterioro y abandono” de la situación de las personas en situación de sinhogarismo que pernoctan en las instalaciones del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas en los últimos meses. Destacan que los datos, propios y ajenos, coinciden en que en torno a 400 personas “se encuentran varadas en dicho espacio, víctimas de un limbo legal y competencial que no aclara quiénes son los responsables de la atención social a todas estas personas que han acabado en el aeropuerto después de múltiples recorridos vitales, con un punto común: un sistema social y económico que expulsa y margina a un cada vez mayor número de personas”.