Durango
Que San Agustín Kultur Gunea acoja una exposición no es un hecho noticioso, puesto que por el lugar desfilan habitualmente numerosos trabajos realizados por artistas de mayor o menor prestigio. Pero la última muestra que se ha inaugurado en la sala cultural durangarra es diferente, especial más bien. Y lo es por el origen de sus protagonistas, por la ilusión con la que lo han preparado y, por qué no, por su trasfondo social.
Doudou, Awa, Hubert, Lahcen, Mbaye Sakho, Rocky, Nash, Victor Diatta, Cheikh y Leopold. Los citados son los nombres de los diez protagonistas de la exposición fotográfica que se inauguró en la villa el pasado jueves y que se podrá visitar hasta el 7 de junio, en horario de 19.00 a 21.00 horas. El título de la muestra es 10 miradas de jóvenes africanos en Durango, lugar al que arribaron después de abandonar sus países de origen con lágrimas en los ojos y una mochila cargada de esperanza, deseosos de encontrarse con un mundo mejor y plagado de nuevas oportunidades.
La exposición es el resultado de un taller intercultural de fotografía que arrancó a finales de 2011 bajo el lema Rebelar-T, organizado por el Área de Inmigración del Ayuntamiento de Durango. "La integración y la participación social de este colectivo es, sin duda, una de las claves para conseguir una sociedad abierta y cohesionada", explicó la concejal de Inmigración, Goiztidi Díaz, para quien la iniciativa supone "una nueva forma de acercarnos al hecho migratorio, a través de la mirada del grupo de jóvenes participantes sobre su propia realidad, sus expectativas, proyectos e ilusiones".
El encargado de coordinar el proyecto ha sido el fotógrafo durangarra Txelu Angoitia, quien reconoció haber "aprendido yo más de ellos, que ellos de mí". En la exposición se pueden encontrar 60 fotos realizadas por los jóvenes africanos, entre las que hay algunas que ya trajeron de sus países, dado que "nos ayuda a comprender de dónde vienen y a conocer las dos caras de la moneda", apuntó Angoitia.
Durante el desarrollo de las sesiones, los participantes fueron avanzando en las temáticas a retratar. Así, primero reflejaron en imágenes temas más concretos, como su trabajo o sus amigos, para después pasar a otros más abstractos, como lo que echan de menos, sus deseos o sus frustraciones. Después, visionaban y analizaban entre todos los resultados, y "lo que queda al final es la constatación de que lo que nos une es mucho mayor que lo que nos separa, la similitud de nuestros anhelos, miedos, valores e ilusiones", destacó el fotógrafo durangarra.
Diez historias "Lo que más me sorprende de ellos es la dureza de las experiencias que han vivido a pesar de su corta edad y el valor que tienen para seguir adelante", relató el coordinador.
Uno de los ejemplos más claros es el de Mbaye Sakho, quien desobedeciendo a sus padres, que no querían que se fuese, se marchó de Senegal sin despedirse. Al llegar a Canarias, "me di cuenta de que las cosas no serían como las había imaginado, me sentí decepcionado y quise regresar, pero decidí seguir adelante". Su compatriota, Rocky, llegó para "mejorar mi vida en muchos aspectos". Por ello, como la mayoría de sus compañeros, ha optado por estudiar. Le gusta "lengua, música y gizarte, pero no las matemáticas".
Uno de los trayectos más duros lo realizó Nash, desde Ghana, tras la muerte de su padre hace diez años. "Tardé año y medio en llegar atravesando Mali, Argelia, Marruecos y el Sahara. En estos países hacía pequeños trabajos para ir pagando el viaje". Ayudar a su familia fue la motivación de Victor Diatta, de Casamance. "Dejé de estudiar a los 14 años para trabajar en la pesca y pagar los estudios de mis siete hermanos, pero en aquel trabajo no ganaba mucho dinero", por lo que emigró a Europa "sin avisar a mi familia".
"Echo de menos a mi madre y a mis hermanos, pero tengo la esperanza de encontrar un trabajo para ayudarles. No volveré a Senegal hasta conseguirlo", promete Leopold. El sueño de su amigo Doudou, en cambio, es "desarrollar un proyecto en Senegal para que las personas de allí tengan mas oportunidades". Historias diferentes, pero todas ellas repletas de ilusión.