BILBAO. Según ha informado la empresa Biotermiak, para cubrir las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria del centro, Aspaldiko contaba hasta la fecha con un sistema alimentado con gas. La nueva instalación consta de dos calderas de 500 kW cada una, alimentadas con astillas de madera procedentes de limpiezas, podas y otras labores forestales en bosques de Euskadi.
El centro gerontológico va a obtener un ahorro sustancial, estimado en un 27 por ciento de promedio sobre su actual factura energética durante los 15 años de duración del contrato.
La instalación inaugurada este miércoles supera en potencia los 0,8 MW del sistema puesto en marcha en septiembre pasado en el antiguo Seminario de Derio, que da servicio a uno de los mayores inmuebles de Euskadi.
Recientemente se ha inaugurado otra instalación similar en la sede del Centro Integral para la Formación, Inserción y Desarrollo Rural - Litoral (Itsasmendikoi) en Arkaute. El invernadero Garitano de Mungiaconstituye el cuarto proyecto llevado a cabo hasta la fecha por Biotermiak, que en menos de un año ha sumado una potencia instalada conjunta de casi 2,3 MW, cifra que espera triplicar a lo largo del presente año.
Entre los proyectos en ejecución destaca el primero en el sector residencial, una cooperativa de viviendas en Getxo que va a convertirse en el primer bloque de viviendas en el País Vasco que obtendrá calefacción y agua caliente sanitaria a partir de biomasa forestal.
El centro Aspaldiko de Portugalete, inaugurado en el año 1977, ocupa un inmueble de 12 plantas y 21.250 m2 construidos, propiedad de Bilbao Bizkaia Kutxa-Kutxabank y gestionado por una fundación en la que participan la propia entidad financiera, la Diputación Foral de Bizkaia y Caritas Diocesana. Consta de una residencia con 274 plazas, junto a una unidad socio-sanitaria, centro de día, centros sociales y un centro de formación orientado a labores asistenciales.
VENTAJAS MEDIOAMBIENTALES
A la ventaja en términos de costes, la nueva instalación de bioenergía añade otras en el plano ambiental, ya que supone sustituir un combustible fósil importado por una materia prima limpia, ecológica, sostenible y generada localmente.
Se estima que la residencia consumirá alrededor de 450 toneladas de astillas de madera cada año, que contribuirán a la rentabilidad de las explotaciones forestales locales, y que adicionalmente logrará un ahorro en emisiones de gases de efecto invernadero estimado en 520 toneladas de CO2/año.
La solución para este centro gerontológico supone también mayor eficiencia, al reemplazar una potencia de 2.095 kW (kilovatios) del equipo de gas por los 1 MW de las calderas de biomasa forestal, para una contribución en bioenergía superior a dos millones de kW/h (kilovatios/hora) al año. Tiene la ventaja añadida de utilizar una materia prima que tiene la capacidad de "secuestrar" carbono y contribuir a mitigar el efecto invernadero, y con un sistema capaz de aprovechar hasta un 95 por ciento del contenido calórico de la madera.