Lanestosa. Cerca de medio centenar de personas se han involucrado en la organización del 725 aniversario de Lanestosa. "Ya somos la mitad de los habitantes", presume orgulloso su presidente, Pedro Pérez. Lanestosako Piñaburu Kultur Elkartea pretende devolver a la localidad las inquietudes culturales que llevaban algún tiempo dormidas.
¿De dónde surge la asociación?
Las fiestas patronales de Lanestosa se celebran en agosto y siempre se han organizado muy cerca de la fecha, prácticamente al límite de tiempo. El año pasado, cuando terminaron, propuse que nos juntáramos para hablar del 725 aniversario. Así empezamos.
¿Cuánta gente forma parte? ¿Ha costado convencer a los vecinos?
Los fundadores somos unas 40 personas. Hay mucha gente que se quiere apuntar, con lo cual llegaremos a ser más o menos cien y la mayoría son jóvenes. Ahora queremos que cojan el relevo dentro de unos años.
¿Cómo se las han arreglado para consensuar el programa de actos?
Durante todo el invierno hemos celebrado reuniones quincenales a las que hemos asistido unas 20 personas. ¡Eso aquí no ha sucedido nunca! Habíamos perdido mucho tiempo. Aunque a ratos hemos discutido, hemos aprendido a escucharnos los unos a los otros.
¿Los actos de junio ayudarán a situar a la villa en el mapa?
En Bizkaia existen pocos pueblos tan bonitos como el nuestro, que conserven casi intacto su casco antiguo. El mercado medieval y la representación de los días 9 y 10 de junio será la ocasión perfecta para que nos conozcan mejor. Queremos que Lanestosa se engalane y que los vecinos se vistan de época para mostrar nuestra historia.
Se han movilizado para el 725 aniversario. ¿Qué pasará después?
Nos pondremos inmediatamente a preparar las fiestas patronales de la Virgen de las Nieves, en agosto, y una comida popular que habrá el 7 de julio. El año pasado pensamos que sería una cosa sencilla y terminamos juntándonos 200 personas a comer, lo que demuestra que hay interés por recuperar la vida cultural.
Con el paisaje y el patrimonio que tienen, ¿qué le falta a Lanestosa?
Debería estar lleno de agroturismos, algún restaurante... Servicios que animen a los turistas a quedarse a pasar el día y que, a su vez, generen vida dentro del propio municipio.