EL secreto está en mantenerse en el alambre", dijo una voz. El reto es difícil si uno completa el recorrido por todas las atracciones, si uno navega sobre ese mar de vinos que ayer inundó el Palacio Euskalduna, donde Manu Martín volvió a obrar el milagro de Bizkai-vinos, una feria profesional donde alrededor de 150 bodegas diseñaron para Bilbao toda la cartografía del buen vino, un mapa secreto para el buen bebedor donde se ubican 38 denominaciones de origen españolas y 15 extranjeras.
Digo el milagro porque, siendo Bilbao tierra que ama tanto al vino que hasta le canta canciones de cuna, nada se escapa estos días al terrible sacacorchos de la crisis, capaz de agujerear cualquier esperanza. Manu intuye, con olfato de fino sabueso, que "la leyenda de los vinos de autor está de capa caída: incluso las bodegas de altos vuelos han de buscar vinos low cost, vinos grandes de bajo precio más naturales, más apegados a la tierra y más ajustados a las estrecheces del bolsillo". Es el adiós a los excesos y a las plantas nobles del vino, entendido como un ídolo del rock o un crack del fútbol.
Y, sin embargo, el XIV Salón Bizkai-vinos no se resiente. María Victoria Cañas, por ejemplo, muestra sus poderes. Es una bodeguera clásica de Elciego. Junto a sus vinos de toda la vida -El Díez Caballero y el más moderno, Victoria 2010, vestido de tiros largos para la ocasión...- se aposenta un Tuercebotas Crianza de 2009, de Bodegas El Medievo de Rioja (Javier Rubio y los hermanos Fernando y Mario Álava al frente...), con la etiqueta del cuello de la botella decorado con cordones de botín. Es un guiño de humor en este universo con tanta barba. Y aunque algunas voces señalasen que tras la oscuridad de sus botella -es negra...- no habita eso que llaman Rioja sabor Bilbao, no es menos cierto que su presencia fue bien acogida.
Como también recibieron con los brazos abiertos al txakoli Torre de Loizaga que llevaron hasta el salón Unai Suribarria y Elena García, El txakoli de Galdames, "una joya para la garganta", se elabora tras una meticulosa selección en los viñedos plantados junto al histórico edificio encartado. De esos y otros vinos de buen cuerpo, dieron buena cuenta Josu Lezama, del restaurante Mendiondo; Ricardo Pérez, David García, Toribio Martín, de Tao Iluminación, Manu Iturregi; el txakolinero Manu Calera, Jordio Esteve, Patxi Zabala, Juanma Díez, maestro del Mugi, Txema García, Mikel Díaz de Argandoña, Kepa Kabareda o el acordeonista Asier Loroño entre otros. Alguno de ellos, supongo, escucharían las charlas divulgativas que pusieron palabras sabias al salón. La primera, titulada Vinos de terror o simplemente vinos, en la cual participaron Abel Mendoza (enólogo y viticultor de la D. O. Rioja Alta), Jose María Puyol Busquets (enólogo de la D. O. Alella) y Carlos San Pedro (viticultor y propietario de Bodegas Pujanza en Laguardia, D. O. Rioja-Alavesa) o la de la presidenta de la D. O. Navarra, Pilar García Granero, quien ofreció una cata de vinos de Navarra bajo el título Rosados y mucho más.