LAUDIO
Alas 12.30 horas, el llamativo sonido de cencerros de la compañía Zanpantzarrak Ttuntturro dio el aviso en Laudio. "Llega el cerdo", se oyó entre el público. Todas las miradas se dirigieron hacia la entrada principal de la plaza Aldai. Un carro de bueyes accedió al recinto cargado con Terencio V, un hermoso txerri de grandes dimensiones, y ya sacrificado, que ha estado siendo alimentado con cariño y esmero a base de productos naturales como calabaza, remolacha, cebada molida y maíz por la familia Orueta-Respaldiza en el caserío Ostenko.
A esa hora, centenares de personas, llegadas de todos los puntos de la comarca de Aiara y el Alto Nervión, disfrutaban ya de los numerosos atractivos y actividades de la feria de San Blas de Laudio atraídos por el embriagador aroma, gastronomía, productos, tradiciones y modo de vida típico del caserío. Pero el protagonista indiscutible de la fiesta fue, sin duda, el cerdo.
Una vez posado sobre el suelo, y en una zona debidamente acotada, integrantes de Kukutxe San Blas Feria Elkartea, grupo organizador del evento, comenzaron la demostración del proceso tradicional de la matanza que se inicia con el quemado y raspado de la piel y que culmina con el vaciado de sus vísceras.
Al término de la exhibición, Terencio V fue colgado en lo alto de una grúa y dio comienzo el peso quiniela, un juego de gran aceptación que consiste en adivinar el peso del animal al vacío, y en el que los acertantes se reparten un porcentaje del dinero recaudado. "En pasadas ediciones, las apuestas se hacían por la tarde. Este año hemos decidido comenzar a recoger papeletas desde las 14.00 horas, porque por la mañana hay mucha gente de fuera que también puede estar interesada en participar", explicó Txus Corredor, de la organización. Finalmente, el animal pesó 401 kilos y no superó el récord marcado en 2006 por Terencio III con 448 kilos.
La jornada contó con otras propuestas de gran interés como el mercado que reunió en la plaza Aldai a un total de "75 puestos de venta de productos del caserío, seis artesanos de Laudio y otros ocho de fuera", precisó Corredor.
CONCURSOS
Palos de avellano y txarripatas
Los concursos son también parte imprescindible del programa de actos. En el de palos de avellano resultó ganador Emilio Irazola y el mejor lote de varas fue el presentado por Edurne Álava.
El ya arraigado certamen culinario de txarripatas contó con un total de 39 cazuelitas. El jurado, integrado por miembros de la Academia del Cerdo Txarridunak de Bilbao, se mostró muy satisfecho con el nivel medio obtenido, pero valoró especialmente tres de los platos "que se ciñen perfectamente a las bases del concurso ", explicaron.
El primer premio, de 150 euros, recayó finalmente en el txoko Areta Beti, mientras que el segundo clasificado, con 90 euros, fue Inma Miraballes, de Amurrio, y el tercer puesto, con 60 euros, fue para el grupo Lagun Arte, de Zalla.
La fiesta de San Blas sirve, asimismo, para reconocer la sacrificada vida de las personas que se dedican trabajar y mantener el baserri. En representación de ese colectivo, la organización rindió ayer un sentido homenaje a María Nieves Ainz , del caserío Odiaga y de 84 años de edad, y a Matías Gardeazabal Goitia, del caserío Zumeltza, de 58 años.