Hay que tener una extraña mirada, una imaginación rara como un perro verde, para ver la similitud entre un hipopótamo con un iceberg. Y más rara aún para unir ambas figuras con lo que nos pasa mientras vivimos, una sucesión de historias cotidianas y aforismos (esos pensamientos breves como rabos de lagartija que de vez en cuando te cruzan por la cabeza...) con los que Alex Oviedo ha escrito su último libro, El sueño de los hipopótamos, una recopilación de relatos donde se abordan temas tan dispares como el acoso laboral, el terrorismo o la fantasía. El porqué del título ya está avanzado al principio de la crónica: porque del hipopótamo en el agua solo se ve lo mismo que del iceberg: una pequeña parte. Insisto, Alex es el hombre que estudió a los hipopótamos...
Editado por Libros de Pizarra, el libro está dividido en dos partes, ya digo: Noche clara y Noche azul. En ambas se adentra Alex con candiles, dispuesto a echar luz sobre las sombras del ser humano o a oscurecerlas aún más, según se tercie. La obra cuenta, además, con las ilustraciones de Olga Zulueta y contiene un cómic de Alain M. Urrutia. Los dos arroparon ayer al escritor en la puesta de largo del libro, celebrada en la sede central de BilbaoCentro, junto al también escritor Javier Maura.
Llega con este el segundo libro del sello Libros de Pizarra, perteneciente en este caso a la colección azul, centrada en la publicación de relatos breves. Antes, Luisa Etxenike, ayer también presente, había firmado bajo el paraguas de esa casa, la novela El detective de los sonidos. Hoy, cuando tanto llueve en el mundo editorial, un grupo de valientes dan la cara. ¡Que no se partan!
No tiene pinta si se juzga la capacidad de convocatoria exhibida ayer, insólita en la presentación de un libro, acto que se ha convertido, salvo en muy contadas ocasiones, en algo íntimo, casi en un vis a vis, ahora que se habla de que el libro está condenado. A la cita acudieron, amén de los citados y entre otros, la directora del periódico Bilbao, Elena Puccini, el escritor Pedro Ugarte, Olatz Candina, el acordeonista Asier Loroño, el dibujante Asier Sanz, José Mari Amantes, Agustín Bilbao, Esther Zorrozua, Elena Sierra, Santiago Liberal, Fernando Palazuelos, Manuel Goitia, Richard, El Suizo; el fotógrafo Mikel Alonso, el gerente de BilbaoCentro, Jorge Aio, Sergio Etxebarria, Leire y Noemi Delgado, Nagore Gandiaga, Rubén Becerra, Miren Miranda, Mónica Azalea, Tino Cueto, Javier Gamboa, Mikel Jauregi, Jon Garate, Elena Ruiz, Beatriz Marcos y un buen número de amigos del escritor y de lectores de papel. Unos raros, vamos.