Güeñes. El Cuponazo de la ONCE del pasado viernes 4 de noviembre ha sembrado Sodupe de alegría tras repartir 465.000 euros solo una semana después de que cayeran 105.000 en Bilbao. José Antonio Jiménez estaba ayer exultante. No paraba de recibir felicitaciones de los vecinos, que pronto se enteraron de que la serie completa que vendió en diferentes puntos del núcleo urbano de Güeñes se correspondía con el segundo premio del sorteo, el número 48.903. Nueve de los cupones obtuvieron 35.000 euros cada uno y el décimo reportó a su dueño 150.000 euros por tener un premio adicional a la serie.
Casualmente, Jiménez se encuentra en Sodupe cubriendo la baja de un compañero que se incorpora en los próximos días. El viernes nada más llegar a casa se sentó a ver el sorteo como siempre hace al final de la jornada. Cuando comprobó que el número que había vendido era uno de los agraciados no podía creérselo. Ayer, nada más conocer la noticia, mucha gente se le acercó a probar suerte por si la racha se prolonga. Entre los vecinos que le saludaron se encontraba uno de los premiados, un gesto poco común "sobre todo en los pueblos, dicen que por las envidias". "Ha venido un señor a decirme que le había tocado y me ha dado 50 euros. Los gastaré a su salud", agradeció.
José Antonio Jiménez, madrileño, conoce todos los entresijos de la lotería. No en vano, se ha curtido como vendedor en las madrileñas Puerta del Sol, Gran Vía y Callao. "Aquello es otro mundo", asegura. El amor le llevó a Villarcayo y ahora se encarga de la zona de Enkarterri. "Al principio me mandaron por Lanestosa. Aunque me costó un poco adaptarme, he descubierto que los vascos son espléndidos a la hora de comprar y leales a sus sorteos y a sus números", contó. Le quedan diez años para jubilarse y en ese tiempo espera dar la campanada con un premio todavía más importante. "Estoy pensando en hacerme con un número entero y venderlo por la misma zona. Que te toque puede ser casualidad, pero las casualidades hay que buscarlas", sentencia.