Bilbao. El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, desveló ayer en el Parlamento Vasco que "solo 13 de los 64 detenidos" con motivo del desalojo de Kukutza y los posteriores altercados "tenían algún tipo de vinculación con el barrio de Rekalde". Este es alguno de los datos que dio a conocer el consejero ante la Comisión de Instituciones, Interior y Justicia de la Cámara vasca, donde compareció a petición propia y de Aralar, EA y EB para explicar la actuación de la Ertzaintza en el gaztetxe bilbaino. Ares defendió la intervención de la Policía vasca, que calificó de "proporcional, profesional y eficiente", y aseguró que los "graves incidentes fueron provocados por una amalgama de nostálgicos de la kale borroka, antisistemas y algún que otro delincuente con antecendentes". El consejero animó a "todas las personas que defienden de buena fe el proyecto Kukutza a que se pronuncien de forma clara en contra de los actos vandálicos". Los parlamentarios del PNV, PSOE y PP respaldaron la actuación de la Ertzaintza, y por contra, los representantes de Aralar, EA y EB la criticaron duramente. La izquierda abertzale, por su parte, acusó a Ares de "esquivar su responsabilidad".
Incidentes
Cinco coches calcinados
Según el consejero, los incidentes más graves se produjeron el día 23 por la tarde. El balance fue de 800 contenedores volcados, tanto en Rekalde como en otras 46 calles de Bilbao. De esos contenedores, 58 quedaron inservibles y 50 resultaron dañados. "Los grupos de violentos", relató Ares, "quemaron 5 vehículos, pretendieron asaltar el Ayuntamiento y atacaron los ba-tzokis de Rekalde y Casco Viejo". También destacó que durante la madrugada del domingo, una persona resultó herida de gravedad cuando trataba de evitar la quema de un vehículo. Otros datos: los bomberos tuvieron que realizar 39 salidas y el Ayuntamiento de Bilbao ha valorado los daños en mobiliario urbano en 150.000 euros.
operativo
"Encastillados"
El operativo para desalojar el gaztetxe se inició, según señaló Ares, poco antes de las cinco de la mañana y fue "largo y complicado porque los ocupantes del edificio se encastillaron". "Y cuando digo se encastillaron", prosiguió relatando, "lo digo literalmente porque intentaron impedir el desalojo como si se tratara de un castillo, utilizando pértigas y lanzando objetos, permítanme la comparación, desde las almenas". Según el consejero, cuando consiguieron entrar al edificio "las personas de los pisos superiores y la azotea mostraron un comportamiento muy violento". En el interior se encontraron con todo "tipo de obstáculos, puntales cruzados en las escaleras, sacos de cemento, puertas soldadas, hormigón, alambradas, de forma que los ertzainas tuvieron que utilizar mazas y cortachapas para abrirse paso". El avance se retrasó, según Ares, porque "no fue posible utilizar sopletes dado que en el entorno de algunas puertas había material inflamable".
Kale borroka
Alborotadores 'fichados'
Según los datos que ofreció el consejero, la Ertzaintza detuvo a un total de 64 personas entre los días 21 y 25 de septiembre. De los detenidos, el consejero señaló que 34 cuentan con algún tipo de antecedente policial, bien por su vinculación con la actividad violenta del entorno de ETA, bien por su relación con la delincuencia común. "Por citarles un par de ejemplos", dijo, "les diré que uno está imputado por violencia de género y otro había sido detenido anteriormente por robar en una frutería". La teoría que maneja el consejero es que "lo ocurrido en Rekalde y en otras partes de Bilbao no fue espontáneo". "Fueron actos vandálicos", dijo, ", una guerrilla urbana planificada porque se daban órdenes por teléfono, y había mochilas con elementos pirotécnicos, piedras y pastillas incendiarias".
Por ello, considera que "los gravísimos actos fueron provocados por una amalgama de nostálgicos de la kale borroka que viven fuera de época, antisistemas y violentos con antecedentes por delitos comunes procedentes de Bilbao y de Bizkaia, pero también de otras partes de Euskadi, de España y Europa". En concreto, dijo que seis de los detenidos procedían de Gipuzkoa, tres de Araba, dos de Cataluña y dos de Alemania. "Solo 13 de los 64 detenidos tenían algún tipo de vinculación con el barrio de Rekalde", concluyó sobre este apartado.
Proyecto Kukutza
Incompatible con la violencia
El consejero destacó, por otra parte, que los "proyectos culturales son radicalmente incompatibles con el uso de la violencia para defenderlos". "La cultura", dijo, "necesita desenvolverse en un clima de civismo y no de intolerancia y agresión". Por eso, Ares hizo un llamamiento a "las personas que defendían y defienden de buena fe el proyecto Kukutza que, aunque sea con retraso, se pronuncien (porque muchos no lo han hecho), de una forma clara, contundente en contra de los actos vandálicos".
aclaración
Entrada al ambulatorio
Lo que sí quiso dejar claro es que "es radicalmente falso que la Er-tzaintza entrara en el ambulatorio de Rekalde a robar partes de lesiones". Según Ares, "lo que ocurrió es que un grupo de personas entró al ambulatorio y un agente entró tras ellos para identificar a alguno de los alborotadores, y ante la indicación de que no se podía acceder armado al ambulatorio, el agente se marchó". También aclaró que agentes entraron a cuatro establecimientos, "en todos los casos para proceder a la detención de personas". Reconoció que en uno de ellos, donde rompieron una persiana, "la actuación pudo ser mejorable".
Reacciones
Halagos y críticas
Los partidos políticos representados en la Cámara se dividieron en halagos y críticas. El PNV, PSOE y PP respaldaron la actuación de la Ertzaintza. Por contra, el parlamentario de EB, Mikel Arana, consideró que la intervención fue "totalmente desproporcionada y nada tiene que ver con la profesionalidad". Juan José Agirrezabala, de EA, criticó que Ares "haga negación de la realidad y no vea que la Ertzaintza cargó contra la multitud que se manifestaba pacíficamente". Dani Maeztu, de Aralar, criticó que se actuara "antes de acabar el recorrido judicial". La izquierda aber-tzale, a través de un comunicado, acusó al consejero de "esquivar su responsabilidad" y denunció la "violencia extrema de utilizada por la Ertzaintza".