BILBAO. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado en sesión extraordinaria, con los votos a favor de PNV, PSE y PP, una declaración de "condena y rechazo" ante los incidentes acaecidos en Bilbao con motivo del derribo del gaztetxe de Kukutza del barrio de Rekalde. Bildu no ha querido firmar la declaración al entender que "no se hace alusión a la responsabilidad de la alcaldía en la gestión del tema".
Según ha informado el alcalde, Iñaki Azkuna, en la declaración, firmada por los concejales Ibon Areso (PNV), Cristina Ruiz (PP), Alfonso Gil (PSE) así como el propio alcalde, se solicita asimismo al colectivo Kukutza que se desmarque y condene todos los actos de violencia que se están produciendo en Bilbao".
La declaración, que rechaza y condena los actos violentos y el ataque a bienes públicos y privados, señala que los incidentes "se han extendido al resto de Bilbao de una forma indiscriminada y organizada".
En su segundo punto se muestra "todo el apoyo y solidaridad a los vecinos de Rekalde, a comerciantes y hosteleros que sufren la violencia ataques y destrozos. Asimismo, se muestra solidaridad también con "las personas y organizaciones que están siendo atacadas y amenazadas durante los últimos días".
Por último, "manifiesta que el respeto y cumplimiento de la ley y el estado de derecho y solicita al colectivo Kukutza que se desmarque y condene todos los actos de violencia que se están produciendo en Bilbao".
DAÑOS
Según ha informado el consistorio, durante la noche de este viernes y madrugada de sábado se han volcado un total de 600 contenedores, otros 57 han sido quemados o sufren daños. Asimismo, cinco vehículos particulares han resultado quemados, mientras que han sufrido daños los batzokis de Casco Viejo y Rekalde y varios ediles y sus familiares han sido amenazados en sus domicilios.
"Todo empezó en Rekalde sobre las 17.30 horas y se extendió hacia el centro de Bilbao terminando en el Casco Viejo y alcanzando al barrio de Santutxu", ha señalado el alcalde, que ha mostrado su "apoyo" a la actuación de la Ertzaintza ya que "no fue allí en un viaje de placer sino ordenada y mandada por un juez y ha cumplido con su deber".