Mungia

Al menos 100.000 personas siguen creyendo en la magia. Los personajes mitológicos vascos, como Basajaun, Tartalo, Mari, los galtzagorris o el propio Olentzero, entre otros, cuentan con un ejército de admiradores que, cada vez más, acuden al primer parque mitológico vasco. Este se encuentra en Mungia y desde 2007 cientos de personas se agolpan a las puertas para vivir un viaje mágico de al menos dos horas de duración. El jueves, la jornada comenzó como otra más del periodo navideño. Esta es la época del año en la que más personas se acercan al centro y llegan a ser hasta 900 los visitantes por día. Los coches se agolpan en el aparcamiento exterior mientras, sobre todo los más pequeños, llegan cargados de ilusión a visitar la casa de Olentzero.

Así, con esa ilusión, acudió un pequeño visitante anónimo, acompañado de su aita y de su ama. Olentzero le había dejado una postal el día de Nochebuena invitándole a visitar su casa. Era una sorpresa. Quizá el viejo gentil ya sabía que él, Ekhi, se convertiría en el huésped más especial de los que hasta ahora han pasado por su hogar. Nada más y nada menos que el número 100.000. Con apenas cinco años recién cumplidos, sus padres decidieron que ya era el momento de visitar un parque al que reconocieron, "hacía tiempo que queríamos venir". Maitane y Mikel, los padres del pequeño, no se esperaban las sorpresas que acompañaron su visita.

el anuncio A mediodía, el grupo de visitantes subió con normalidad las primeras rampas de acceso al caserío, visitando los rincones de las lamias o las brujas. Al llegar a la par del baserri Landetxo Goikoa, una delegación de autoridades esperaba a los asistentes. Nerea Alias, popular presentadora de televisión, fue la encargada de comunicar al grupo el motivo de tanta expectación. "Uno de vosotros es el visitante 100.000". Izaskun Uriagereka, alcaldesa de la localidad en representación del Ayuntamiento; Aitziber Olabarrieta, gerente del centro, e Iñaki Aranzamendi, de BBK, esperaban conocer el nombre de la familia afortunada. "Está entre vosotros y ha llegado desde Usurbil", desveló Alias entre los aplausos colectivos. "Ekhi, tu eres ese visitante" explicó entonces.

El pequeño no se lo creía. "Ha sido una sorpresa muy grande para nosotros. De hecho, hemos entrado al parque antes de lo previsto y al llegar arriba y ver todo lo que había organizado, hemos visto que había algo raro", explicó después su madre, Maitane. "Ekhi es más bien tímido y le ha costado salir".

Con reticencias, pero gran alegría, Ekhi Aranburu se convirtió en el protagonista del día. La alcaldesa le entregó un pack de juguetes y juegos tradicionales como regalo. Tabas, yoyo, diábolo, trompa, tizas, cuerda, tiragomas… un sinfín de juegos con los que podrá divertirse. "Quizá él no los conozca todos, pero seguro que sus padres le enseñan", explicaba Alias durante el acto. Una consola de videojuegos Wii fue el siguiente regalo recibido, aunque no el último. La gran sorpresa del día llegó de la mano de José Ángel Iribar. El Txopo fue, con permiso de Ekhi, el otro gran protagonista. Durante su visita al centro no paró de fotografiarse con todos los visitantes que lo encontraban a su paso y los propios trabajadores del centro. Él llevó el regalo más especial de todos. Entregó a Ekhi una camiseta de la selección tricolor firmada por todos los jugadores. La cara del pequeño, se iluminó de golpe.

No acabaron ahí las sorpresas. Olentzero esperaba a los visitantes en un rincón del caserío. Sentado en su escritorio, saludó a todos y cada uno de los integrantes del grupo que acompañaba a la familia Aranburu. Cuando llegó el turno de Ekhi, Olentzero lo saludó efusivamente y le dedicó un bertso, por ser el visitante 100.000.

Pero el resto de los pequeños que integraban el grupo no se fueron de vacío, en la que fue una visita inolvidable. En solo tres años el centro ha alcanzado una cantidad inesperada. Personas llegadas desde todos los rincones han pasado ya por sus instalaciones para adentrarse en un mundo propio y único, el de la mitología vasca y nuestras tradiciones.