abanto
un nutrido grupo de jóvenes residentes en el bilbaino barrio de Santutxu decidió ayer acercarse hasta el municipio de Abanto para pasar la tarde sabatina adentrándose en la historia de la minería en el Museo de la Minería del País Vasco de Gallarta, lejos de los lugares de ambiente en los que se mueven habitualmente los fines de semana. "No solo vamos a ir de copas. Hoy vamos de tranquis y nos ha parecido interesante acercarnos al museo para conocer la historia de esta zona", resuelve con sinceridad pasmosa uno de los jóvenes, de barba incipiente y cercano a la veintena, que ejerce de portavoz de los siete amigos que le acompañan.
También lo hace cuando Haizea, la azafata que dirige la visita, plantea alguna pregunta sobre la historia del lugar. "Supongo que encontrarían mineral debajo del pueblo y por eso lo quitaron", responde el joven cuando Haizea, apoyada en la maqueta del municipio que se muestra a la entrada del museo, indica la pequeña mina que había en la zona sureste del pueblo y pregunta el porqué de la desaparición del viejo Gallarta. Y no se equivocaba mucho ya que, tras explotar desde finales del siglo XIX las minas de los aledaños, los propietarios de las concesiones mineras dieron con una veta que se dirigía hacia el pueblo donde naciera la conocida comunista Dolores Ibarruri.
"Lo expropiaron de manera forzosa y empezaron a extraer el mineral después de trasladar el pueblo al actual Gallarta", explicó Haizea. Corría entonces el año 1958 y su legado ha sido un enorme cráter de 150 metros de profundidad: La Corta Concha II o Bodovalle que ayer no pudieron conocer en directo.
"Es una lástima pero con el cambio horario se hace rápidamente de noche y, a pesar de que son poco más de las seis de la tarde, no podemos bajar porque en las obras del futuro parque, desde donde se puede ver mejor el cráter, no hay iluminación", se excusaba Haizea tras el interés que se despertó en los jóvenes tras saber que La Corta es "el punto de extracción a cielo abierto más profundo de Euskadi".
No desesperó este lance a los jóvenes, sobre todo porque fuera hacía un frío que pelaba gracias a un viento que invitaba a continuar con la visita en las diferentes salas del Museo de la Minería, que ayer celebraba, con una jornada de puertas abiertas, la festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros.
Una visita que hizo una hora antes Itsasne, una tímida niña de Trapagaran que, ante la atenta mirada de su madre, Leire, tuvo la oportunidad de mantener en sus manos un pesado trozo de carbonato, uno de los minerales que se extraían en la zona "a pesar de que no solía contener más allá del 40% de hierro", como le explicaba Aini-tze, la guía que atendió al grupo por la tarde.
"Algunos habían reservado cita pero se han debido de quedar en el sofá", comentaba la joven guía que, por contra, vio como el salón de la fragua, donde se visiona la historia minera, se llenaba con más de 70 niños durante la sesión matutina. Ellos disfrutaron de un espectáculo de cuentacuentos a cargo de la reconocida cuentista Estrella Ortiz, mientras algunos padres aprovechaban para hacer la visita guiada, en la que participó un matrimonio llegado de Mallorca.
La visita proporciona un recorrido por el ingente patrimonio recopilado por el museo que va desde las grandes piezas exteriores, como los trómeles donde se limpiaba el mineral, hasta las vagonetas mineras y los baldes que trasladaban el mineral por el aire hasta los puntos de embarque.
Ante la imagen de una de estas líneas de transporte, la que llegaba hasta Elguero, en la frontera de Trapagaran con Sestao, Itsasne, "muy aventurera" como reconoce su madre, se imagina montada en uno de los baldes como si fuera una tirolina.
Ayer, esta joven aprendió muchas cosas, como por ejemplo cual de estos minerales tiene mayor pureza: la limonita, el oligisto o la siderita. O cómo se llamaba al cesto que usaban las mujeres para llevar a lavar el mineral: chirta, cestillo o pericacho. En Gallarta, en el Museo de la Minería, está la respuesta.