Galdakao. Tiempo de setas, tiempo de intoxicaciones. Acaba de iniciarse la temporada y ya se han registrado varios casos graves. Kepa Urrutikoetxea sólo encuentra una explicación al elevado número de intoxicaciones. "Hay demasiada gente en el monte...y eso es un peligro", dice este experimentado setero, miembro de una de las sociedades micológicas más prestigiosas de Bizkaia.

Hace una semana asistimos a las primeras intoxicaciones graves de la temporada. ¿Cree que se podían haber evitado?

Si hubiesen consultado no les hubiera pasado nada. Nosotros siempre decimos que ante la más mínima duda se debe consultar.

¿Qué cree que pasó?

Yo creo que confundieron la Amanita Phalloides con la Rusula Virescens, conocida aquí como Gibelurdin.

¿Tan fácil es confundirlas?

Para alguien iniciado en el mundo de las setas, la diferencia es clara, pero si no se conocen, es fácil confundirlas. La Amanita Phalloides es un seta fácilmente confundible con otras especies comestibles.

¿Abunda mucho en nuestros montes?

Se puede decir que es una seta común en nuestros bosques. No es que sea abundante, pero tampoco es raro verla. Es fácil encontrarla. Por eso, hay que tener mucho cuidado. Estamos hablando de una seta catalogada de mortal. Un solo ejemplar puede causar la muerte de un persona adulta.

¿Hay otros ejemplares peligrosos en Bizkaia?

Aquí tenemos la Clitocybe Nebularis, más conocida como Pardilla y la Entoloma Lividum, la falsa Pardilla. Estas dos especies provocan el 95% de las intoxicaciones que se producen en el País Vasco. No son mortales, pero produce trastornos gastrointestinales serios.

¿Por qué cree que se producen tantas intoxicaciones?

Porque cada vez acude más gente a recolectarlas. Cuando yo era pequeño e iba al monte con mi padre, nos juntábamos con cazadores y nos miraban como diciendo: ahí van esos dos locos a por setas. Ahora, vas un sábado por la mañana a Altube y aquello parece la Gran Vía bilbaina. Hay coches por todos los lados.

¿A este paso habrá que cobrar y poner unos topes de recogida como se está haciendo en otras comunidades y territorios?

Yo creo que al final llegará eso de pagar por coger setas. Si se ha establecido en Navarra, Gipuzkoa y Alava, llegará a Bizkaia.

¿Le parece bien?

No sé. Al final, es a lo que lleva esa masificación. Hay demasiada gente en el monte cogiendo setas y eso supone un peligro. Podría pasar lo mismo que ocurrió con el cangrejo autóctono que había en nuestros ríos, que desapareció. También serviría para acabar con la picaresca.

¿A qué se refiere?

A que mucha gente coge setas para luego venderlas en los restaurantes. Hace poco escuche un comentario en un bar donde se decía que fulanito había cogido 150 kilos de hongos. Y yo pensaba: ¿para qué quiere ese tío tanta cantidad?

¿Hay menos setas en el monte que cuando usted iba acompañando a su padre?

Sí, mucho menos.

¿Y a qué cree que se debe?

Yo no soy un experto en esos temas, pero pienso que el cambio climático tiene mucho que ver en ello. Antes, en septiembre ya se recolectaban. Eso ahora es impensable porque este año, por ejemplo, hasta mediados de octubre no ha llovido.

¿Cómo va esta temporada?

Muy floja. Ahora mismo debería estar en su punto álgido, pero como hasta hace semana y media no ha llovido, y lo poco que ha llovido ha estado acompañado de viento sur, no ha salido nada. Estos días parece que han comenzado a salir, pero sin echar las campanas al vuelo.

¿Qué condiciones atmosféricas son buenas para que salgan lo hongos?

Que llueva y que luego haga un par de días de sol. Pero sobre todo, que no haga viento sur y no hiele.

¿Hasta cuándo se pueden coger?

No hay una fecha concreta, pero para mediados de noviembre se suele dar por acaba la temporada. Siempre hay setas más tardías, pero eso depende del tiempo.

¿Usted a dónde suele ir a coger setas?

Yo suelo ir por la zona de Altube, Zarate, Murgia, Orozko, Otxandiano, pero también por los montes cercanos a Galdakao. Además nos guiamos por los comentarios de la gente. Cuando dicen que ha pegado en pino o en haya por alguna zona, allá vamos.

Pero ustedes, los seteros, nunca desvelan el lugar donde cogen las setas. ¿Pervive esa norma no escrito del silencio?

Sí, sí. Cuando te hacen la típica pregunta de dónde has cogido una seta, se suele contestar: en el monte, sin más. Y eso es lógico. Cada setero tiene sus sitios y si lo comentas con alguien, ese alguien es probable que vaya antes que tú.

¿Es difícil entender de setas?

Es cuestión de tiempo. Depende con el interés que uno se tome este tema. Hay gente que ha venido a vivir a Galdakao, cogió la afición con ganas y en un par de años o tres ha adquirido unos conocimientos decentes.

Usted, que lleva tantos años metido en este mundillo, ¿también suele tener dudas?

Claro que tengo dudas, muchísimas. Se dice que hay unas 2.500 tipos de setas. Como para no tener dudas.

¿Qué hace cuando duda?

Consultar. Siempre hay alguien que sabe más que tú.

¿Cuál es la seta estrella?

Aquí hay una que no es muy común, que está considerada como la reina de las setas. Es la Amanita Caesarea. A mí me suele hacer mucha ilusión cogerla

¿Y comerla?

No tanto. Pero eso va por gustos. Yo, para comer, prefiero un hongo negro. Es una seta que no sale mucho, pero es más común que la Amanita Caesarea.

Desde el punto de vista gastronómico, ¿cómo se deben condimentar las setas?

Esto también es para gustos. Lo que más se lleva es el revuelto. Pero desde hace años se están haciendo unas innovaciones muy interesantes. Hace poco pusimos en la sociedad unos hongos al pil-pil que estaban muy ricos.

¿Por qué hay tanta tradición setera en Galdakao?

No lo sé. No creo que haya una razón especial. Los montes de alrededor siempre han sido ricos en setas. Igual es por eso... y por la inquietud de un grupo de personas que fundaron la primera sociedad.