Estados Unidos de Vodafone

Fue, visto con las gafas de la metáfora, la consagración de un nuevo territorio, los Estados Unidos de Vodafone, enclavado ayer en Palacio Euskalduna, donde se presentó una oferta de comunicaciones unificadas, la llave maestra para la innovación y el desarrollo tecnológico de las empresas florecientes en el siglo XXI. Por quinto año consecutivo, la compañía puso en marcha un Move 10 Bilbao, la feria de la movilidad donde se desplegó toda su vanguardia tecnológica, la poderosa munición con la que conquistar el futuro.

Las cifras, tantas veces tachadas de ilegibles, hablan en esta ocasión por sí solas. La compañía anunció, por boca de su director territorial en la zona norte, Juan Antonio Gomara, la extensión de la banda ancha móvil a 90 poblaciones vascas de menos de mil habitantes. Es el amor a distancia corta, el vuelo raso, el piel con piel de una firma que inyecta a la economía vasca cerca de 104 millones de euros anuales, toda una dosis de reconstituyentes.

Lo que antaño era cine de ciencia ficción es hoy cine documental. Eso es lo que vino a transmitir el consejero de Industria, Innovación, Comercio y Turismo del Gobierno vasco, Bernabé Unda, quien recurrió al ejemplo gráfico de Star Trek para recordar que en la futurista película de 1966 desplegaba un catálogo de imposibles que hoy son realidades. Desde las pantallas táctiles, similares a las actuales Palms o Tablet PC hasta la transferencia de datos sin cables, espejo de la actual tecnología Bluetooth; desde los intercomunicadores con sistema manos libres como el que usa la teniente Uhura, al intercomunicador que usan los personajes para comunicarse con la nave Enterprise al modelo de los actuales teléfonos móviles. Su metáfora fue celebrada por quienes asistieron a la inauguración de una feria de alta calidad.

En ella se movieron con soltura el director general de la Unidad de Negocio de Empresas de Vodafone, Julián Oncina, Juan Goicolea, viceconsejero de Industria, Innovación y Tecnología; Jokin Ruiz, Rafael Zuloaga, Javier Arberas, Javier García, Mikel Trojaola, Carlos Jiménez, Oxel Erguin y hasta sumarse más de mil asistentes a esta nave del futuro que pisó tierra en Bilbao. No fueron los únicos presentes en este espacio singular, donde incluso la Xbox se hizo un hueco para regocijo de los más juguetones. Era curioso observar cómo el mundo virtual se hacía tangible. De ellos fueron testigos LuisManuel Lleida, Óscar Rivero, Roberto Pastor, Gonzalo Gómez-Rubiera, Begoña Ibarretxe, Juan Ignacio Arana, Luis Sampedro, Borja López-Linares, Raúl Tostón, María Segarra, Txema Pereira, Ibon Bermejo, Pedro Díaz, en nombre del Ayuntamiento de Ermua; Antonio Bernal, Javier Fernández, José Luis Cuerda, Teresa Aranguren, Manuel Forno, José Salazar, Sofía de Blas, Javier García, Javier Agirre, Ignacio Urzay, Iñigo Maeztu, Ainara de Jesús, Kepa Aldama, Carlos Mendicuti, Milagros Picanills, Andrés Vicente, Carlos Ortiz, Luis Miguel Capelo, Ana Rodríguez, Mario Lázaro, Daniel Mijangos, Ruth Fernández, Guillermo Zabala, Javier Mandiola, Felipe Gómez, Ibon Cipitria, emisario del Ayuntamiento de Donostia, Javier Amezaga, Begoña Aldanondo, Teresa Albizuri, Silvia Arriaga, Ángel Elosua, Iraide Santamaría, Joseba Muguruza, Iker Azkarate y así hasta completar un escuadrón de gente bien dispuesta a armarse con el arsenal tecnológico que permitirá acceder a los nuevos mundos que se avecinan.

Galopa tanto y tan veloz el caballo de las nuevas tecnologías que se han encendido las alarmas: existe el riesgo de hacer al hombre anticuado. ¿Qué sucederá entonces...? En ese y otros pensamientos trabajan también quienes programan el porvenir, en hacer de la ciencia algo más humano, un recurso hecho a escala para impedir la definitiva electrodomesticación.