Bilbao. "Yo no estoy a favor del txikiteo como se ha entendido toda la vida porque se bebe mucho; yo estoy a favor del vaso de txikito, que es distinto". Con esta rotundidad se expresa Rousse Barayazarra, una bilbaina que está empeñada en recuperar un emblema de Bilbao: el vaso de txikito. Para ello, desde el pasado mes de julio sirve txikitos "a todo el mundo en el auténtico vaso de txikito", en el bar que abrió junto a Alicia Rocafull. Desde La Roussbería, ubicado en la calle Sabino Arana, esquina con Simón Bolívar, estas dos emprendedoras mujeres quieren recuperar una vieja tradición.
¿Desde cuándo tiene ese cariño por el vaso de txikito?
Desde siempre, desde que era joven. Siempre me ha gustado porque me parece que es una cosa original, contundente. Tanto es así que hace años me iba a tomar vinos a una tasca que había en Erandio donde todavía servían en esos vasos.
¿Cómo surgió la idea de potenciar el vaso?
La idea no es nuestra. El que ha resucitado el vaso de txikito es David Tazueco, que es muy amigo nuestro. Yo siempre pensaba que si tenía un bar iba a servir los txikitos en esos vasos. Así que he podido cumplir esa idea.
¿Está teniendo éxito?
Sí, hay gente que viene sólo por eso. Hace poco vino una señora mayor con su nieta al bar y al enterarse de que teníamos estos vasos pidió un txikito. Se quedó encantada porque le traía muchos recuerdos. También hay gente que pide el mosto en vaso de txikito.
Ustedes también los venden
El vaso, a 17 euros y el pack con una pequeña botella de vino, a 30 euros.
¿Quién les suministra los vasos?
Una fábrica de Badalona. Hace poco estuvieron aquí las dueñas de la fábrica y nos dijeron que el vaso estaba a punto de dejarse de fabricar. Menos mal que tenían el molde de cuando les hacían los grandes pedidos desde Bilbao.
Y el txikito, ¿a cuánto está en su bar?
A un euro. Pero nosotras damos con el txikito una tapa para que sea más llevadero el poteo.
Por cierto, ¿qué piensa del txikiteo?
Yo no estoy a favor del txikiteo, sino del txikito. Queremos fomentar el vaso de txikito, no el txikiteo. Queremos defender la tradición que supone beber en un vaso de txikito, pero no fomentar el alcohol.
¿Le parece que es excesivo el txikiteo tal y como se ha entendido toda la vida?
Sí. Aunque ya no se hace, tomarse veinte vinos por la mañana y otros veinte por la noche es un exceso. Nosotros estamos totalmente en contra del emborrachamiento de la peña. Hay que beber con moderación. Por eso aquí siempre damos el txikito con un pincho. Además, la cantidad de vino que entra en un vaso de txikito es algo menor que en un pote.
De todas formas, se está perdiendo el txikiteo
Se está perdiendo el txikiteo porque se están muriendo los que txikiteaban y las costumbres han cambiado. Ahora la gente potea con zuritos.
¿Les está saliendo bien la apuesta que han hecho?
Sí. Estamos contentas. Aunque la zona donde tenemos el bar no es de poteo, la gente viene porque dice: vamos donde las del txikito.
¿Cree que se va a poner de moda también en el Casco Viejo?
Sí. Nosotras sacamos el vaso a todo el mundo. En algunos bares del Casco sólo lo hacen con cuadrillas de txikiteros.