Bilbao. Las grandes noches de estreno, veladas gloriosas en las que resonaba la voz de María Callas, Luciano Pavarotti o Alfredo Krauss, la Alameda Urkijo era un ir y venir de coches. Los amantes de la ópera, vestidos en lujos de gala, hacían cola para entrar en el Coliseo Albia, que relucía, magnífico. Tras años de rehabilitación, la fachada del emblemático edificio ha recuperado su antiguo esplendor, que todos los viandantes pueden contemplar ya tras haberse retirado ya la lona de protección que la cubría.

El que durante décadas fuera epicentro de la ópera y del teatro en Bizkaia se convertirá próximamente en la nueva sede del Gran Casino Nervión. El edificio también acogerá un hotel de cuatro estrellas, que contará con casi cien nuevas habitaciones. La sala de juegos ocupará la planta baja y primera, mientras que el alojamiento completará la oferta hotelera de Bilbao en la segunda, tercera y cuarta.

El Coliseo Albia ha sido sometido a una profunda remodelación, de mano de la empresa Inbisa Construcción. Se ha demolido completamente por dentro y se han vaciado totalmente tres sótanos; uno para instalar los sistemas de saneamiento y protección contra incendios, y los dos restantes para habilitar dos plantas de parking. Actualmente, se está trabajando en la habilitación de las dos plantas en las que se ubicará el casino, que se trasladará de su actual sede en la calle Navarra.

La rehabilitación de la fachada ha supuesto un exhaustivo lavado de cara. Las vegetaciones, grasas y suciedades orgánicas que afeaban el bello frente se han eliminado con detergente y se han reparado, de forma artesanal, todos sus elementos decorativos, como cornisas, figuras ornamentales y escudos. También se ha aplicado una capa de resinas acrílicas como endurecedor de mortero antiguos y dos capas de mortero especial en cemento de máxima adhesión han servido para tapar fisuras y grietas. Finalmente, varias capas de pátina acuosa han hecho que la fachada recupere su color, abrillantado con laca que además protege el material de la humedad y el fuego.

Templo del bel canto El Coliseo Albia fue durante años la sala con más aforo de la villa. Diseñada por el arquitecto Rafael Fontán, se levantó sobre los antiguos jardines de los Campos Elíseos y su primera piedra se colocó el 17 de julio de 1916. El edificio se inauguró el 23 de septiembre de 1916, con la puesta en escena del Otello de Verdi, aunque hasta el 25 de enero del siguiente año no se estrenó como sala de cine; fue con la película Falsa amistad.

Durante sus casi 50 temporadas de ópera, por su escenario pasaron grandes figuras del bel canto como Maria Callas, Montserrat Caballé, Luciano Pavarotti o Alfredo Krauss. Cita ineludible con el teatro durante Aste Nagusia, el Coliseo sufrió inundaciones, explosiones de bomba e incendios, pero sobre todo trasladó al mundo mágico del cine y de la época a miles de bilbainos.