Getxo
Dado que la aportación de las mujeres ha sido silenciada hasta hace poco menos de dos siglos, el Ayuntamiento de Getxo creó una beca en 2008 para sacar a la luz el papel que jugaron éstas en los diferentes ámbitos de la vida local. El resultado es Las primeras getxotarras. Las mujeres en la historia de Getxo (XIV-XVII), un libro escrito por la historiadora Cristina Ayuso, que bucea en el papel femenino en la vida pública, la familia, la iglesia o la actividad económica en dicho periodo. "Aunque hay nombres históricos como la heredera del linaje Úrsula de Gondra es, sobre todo, un relato de mujeres anónimas", indicó la autora a DEIA.
El Ayuntamiento de Getxo reservó 7.000 euros para la creación de la beca que ha hecho posible este libro. A ella se presentaron una docena de propuestas, cuyo objetivo era "sacar a la luz, profundizar y visualizar el papel desempeñado por la mujeres en diferentes ámbitos de la vida local, para dar a conocer a los vecinos su vida social, política, económica o familiar", según explicó ayer la concejala de Igualdad, Keltse Eiguren. La obra, de la que se han editado 500 ejemplares, se distribuirá en las bibliotecas y entre las asociaciones locales.
La historiadora Cristina Ayuso Sánchez es la responsable de esta creación cuya idea primigenia fue centrarse en la época medieval, aunque, por falta de documentación, el relato se alargó hasta el siglo XVII. "Me sirvió el doctorado que hice, centrado en los trabajos de los vizcainos en la Edad Media", apuntó Ayuso, quien se mostró contenta del resultado del trabajo y citó como dificultad principal la escasa documentación que ha podido recopilar. La razón, que "la mujer no aparece como protagonista de la historia, lo que ha exigido un esfuerzo mayor".
La vida de las mujeres de Getxo en el Antiguo Régimen no fue demasiado distinta de sus contemporáneas vizcainas, vascas o castellanas. El libro ofrece pistas sobre cómo vivieron, cómo se manifestaban públicamente, cómo eran sus casas, su vida privada, sus trabajos o sus preocupaciones y pensamientos. Ayuso parte de las primeras noticias encontradas, ligadas a los linajes de la por entonces anteiglesia de Guecho y Martiartu, perteneciente a la Merindad de Uribe y a la Tierra Llana del Señorío de Vizcaya. Getxo contaba con una población de 635 habitantes en 1635.
El libro, que persigue "no dejar escapar ningún ámbito en el que apareciera representada la mujer", constata su escasa relevancia en la vida pública durante aquellos años. Como contraposición, la autora destaca a herederas del linaje de Guecho como Francisca de Guecho y Martiartu, y Úrsula de Gondra. Esta última tuvo en sus manos el patronazgo de la localidad, "incluyendo los honores de elegir a los curas beneficiados de la iglesia y a uno de los fieles regidores, que eran como los alcaldes de la época". Además, gobernó las propiedades de la familia arrendando casas, molinos y heredades.
A pesar de esos nombres propios, "el libro no se centra en personalidades concretas, sino que construye su historia con mujeres anónimas", indicó a este diario Cristina Ayuso. En el texto expresa su "sensación desoladora" respecto a la generalidad de las mujeres de la época, ya que "la vida pública no estaba hecha para ellas". El patriarcado las relegó al ámbito privado, al rol de "esposas y madres virtuosas". El adulterio femenino se pagaba con la muerte y el matrimonio era el único tipo de unión legítima. En su seno jugaban el papel de esposas, madres, cuidadoras y educadoras, pero también labraban la tierra mientras ejercían de panaderas, parteras, pescaderas, taberneras o sanadoras. Eso, sin olvidar que también era responsabilidad suya la administración de los bienes familiares ante las abundantes ausencias masculinas del hogar ya fuera por motivos militares o por su trabajo en el mar.
Los espacios públicos donde la mujer copaba un protagonismo "fundamental" eran las parroquias y las ermitas, ya que dirigían la religiosidad familiar en los entierros o como beatas, manteniendo limpios los ornamentos y ayudando en la liturgia. El libro explica que la mujer era también una presencia habitual en las plazas, fiestas y romerías, en las casas o de visita a otras mujeres.
Ayuso concluye su texto "con una sensación de rabia y frustración" tras empatizar con unas mujeres, como María Sáenz de Arteaga, a la que se impuso el destierro por mantener relaciones ilícitas. Asimismo, se mostró favorable a continuar indagando en la historia de Getxo en próximos libros. Eiguren explicó que la Corporación sí tiene intención de continuar con estos trabajos de investigación histórica y conceder más becas, aunque, adelantó, "probablemente serían bianuales".