Hizo dormir a miles de personas sin ser locutor radifónico plomizo ni atosigante político en la tribuna, recitador de poemas ñoños, cantautor de coplas o predicador cerril en el púlpito. Medio siglo después de comenzar en el oficio, el anestesista Eduardo Mendizabal, el emisario de Morfeo en la tierra, deja la profesión y se gana un bien merecido descanso. Irse está al alcance de cualquiera; hacerlo entre amigos y el reconocimiento unánime de quienes compartieron con uno las grandes tardes pero también aquellos días torcidos, las actuaciones soberbias, pero también los errores, las sonrisas, pero también las caras de palo, es privilegio de quienes han alcanzado el nirvana de las buenas personas.

Eso es lo que ha logrado Eduardo y por ello su marcha invocó ayer a un puñado de familiares y amigos en el restaurante Aizian del Hotel Meliá, donde se celebró un homenaje de despedida. De los tragos de whisky al palo mordido en los campos de batalla; del puñetazo del K. O. a los copazos de coñac o los trapos empapados en cloroformo -o en pentotal, si se habla de espías tras el telón de acero...- las viejas formas de dormir al herido han evolucionado. Nada de eso empleó un hombre de la talla de Eduardo, que comenzó la carrera que hoy culmina en la Clínica Vicente San Sebastián de Deusto en el Centro Asistencial de Mondragón. A la cita del adiós acudieron Itziar Díez Flaviano, sus hijos Carlos, Jon y Xabier Mendizabal, los anestesistas y compañeros de fatigas Fernando de Cerio, Fermín Fernández Cano, Benjamín Pedraz, Alfredo Martínez, Luis Gorostiaga, Beatriz Bujanda, Itziar Gandariasbeitia, Juan José Gómez, Antonio Omiste, Javier Pastor y Miren Trujillo; las matronas Yolanda Ramos y Ayala López de Aberasturi, y las enfermeras de su equipo de anestesia, Silvia Elorduy, Nuria Vázquez y Edurne de la Cruz. No fueron los únicos. Pedro Ensunza, presidente del IMQ, Jon Darpón, nuevo gerente de la clínica San Sebastián, Hipólito Suárez, Elisardo Bilbao, Julio Fuentes, Juan Sabas, Víctor Atín, Rafael Martínez Bourio, Íñigo Vilar, Javier López Egaña, Álvaro Ortiz de Salazar, Ricardo Villanueva, Melqui Santamaría, Jon Egidazu, Roberto Umaran, Ángel Larrañaga y decenas de amigos de un buen hombre.