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Nace un mundo nuevo entre sus manos

Nace un mundo nuevo entre sus manosfoto: oskar martínez

El papiro de Kahun, fechado en la antigüedad (aproximadamente en torno al año 1800 a. C....), aborda un puñado de afecciones relacionadas con la mujer -enfermedades ginecológicas, fertilidad, embarazo, anticoncepción...-, lo que da una idea desde cuándo las civilizaciones más avanzadas de la tierra han puesto sus ojos sobre la fuente de la vida y sus reparaciones. Vino después Soranus de Éfeso, médico en Alejandría y Roma. Fue el principal representante de la escuela médica conocida como los Metodistas y su tratado Gynaikeia aún perdura, junto con una traducción al latín del siglo VI escrita por Muscio, un médico de la misma escuela.

Aquellos fueron los orígenes, la puerta de entrada al mágico mundo de la vida. Pero ésa es una historia vieja, apergaminada. La ginecología y la obstetricia de hoy mantienen ese carácter de ciencia cercana al arte; esa ciencia que aún precisa del don humano, de la intuición y el corazón de quien la ejerce. La tecnología, claro está, tiende puentes de plata sobre pronósticos, diagnósticos y tratamientos sobre tales disciplinas científicas. Es innegable. Tanto como lo es que esta especialidad, siempre en el alambre de los más profundos anhelos de la mujer, necesita manos de seda.

Les cuento todo esto ahora que acaba de abrir sus puertas, casi en la desembocadura de la calle Rodríguez Arias sobre la avenida Sabino Arana, un complejo ginecológico y obstétrico que está llamado a consagrarse como una de los santuarios científicos del siglo XXI en Bilbao.

Un puñado de desterrados hijos del hospital San Francisco Javier que cerró sus puertas a comienzos de año han decidido lanzarse a la aventura. Ayer abrieron las puertas de las nuevas instalaciones, divididas en tres estancias donde ejercer su magisterio. Entre todos levantan dos avanzados centro de consultas, abastecidos por una empresa de servicios médicos, dotado de mamografías, ecografías, centros de análisis y un laboratorio de Anatomía Patológica entre otras vanguardias tecnológics. Ayer, cuando se abrió la persiana, aparecieron en escena Álvaro Gorostiaga e Itziar Villegas; Jon Maruri y Carol Sanuy; José Álvarez, Julián Reyzabal e Isaias Fernandez. Ellos serán, acompañados por sus respectivos equipos de trabajo, los encargados de mantener en pie un proyecto que nace con vocación de adaptarse a las exigencias de los tiemos presentes.

A la cita, prolongada con un cóctel servido en el Hotel Abba Parque, casi vecino de puerta, acudieron, entre otros, Pedro Sustacha, leyenda viva de la ginecología en Bilbao (incontables las vidas a las que dio la bienvenida a lo largo de su vida...) y uno de los fundadores de la desaparecida Clínica San Francisco Javier; Fernando Astorqui, Luis Renedo, Kodo Apodaka, María Laura Rodríguez, Eduardo Garaizabal, Berta Cordero, Belén Zas, María Crespo, Ramón Abuin, Aitor Marín, Agustín Rodríguez, Joseba Rementería, Jesús Fernández, Garbiñe Maruri, María Jesús García, Silvia Fernández, Conchi Bariño, Beatriz Gorostiaga, Loli Cruz y elevado número de viejos camaradas de la clínica cerrada.

Nace un mundo nuevo entre las manos de los emprendedores y es de suponer, conocidas sus destrezas y pericias, que será un alumbramiento feliz. Eso mismo le desearon ayer Itziar Usategi, Almudena Quintanillas, Marta Vegas, Cristina Moreno, Margarita Vicente, Cristina Aranguren, Ariane Múgica, Iñaki Brouard, Teresa Aranguren, compañera de viaje de Álvaro Gorostiaga; Carlos Gonzalez, Agustín Rodríguez, Arantza Bengoa, Alicia Murua, Javier Redondo, María Jesus Suarez, Beatriz Alonso y un sinfín de amigos y compañeros de trabajo; colegas y algún que otro paciente; vecinos y curiosos, que también los hubo en el hotel. Entre todos ellos, ya digo, empujaron para que saliese a la luz esta nueva iniciativa. De lo que la vida le depare sólo el tiempo dictará sentencia. Ayer era día para brindar.