DURANGO

LA desinformación ya comenzó el día previo al sorteo. El Gobierno vasco no comunicó a los medios de comunicación la salida al mercado de 26 viviendas de protección oficial en el barrio de Aramotz. El equipo de gobierno local, el grupo jeltzale, estuvo al quite y sanó el despiste del Ejecutivo autónomo.

Siguiendo la tónica, al día siguiente, los beneficiarios de algunas de las viviendas se fueron a casa contentos, pero con paradojas como no saber qué tipo de piso les había correspondido. "Les he preguntado y ellos tampoco saben", explicó precisamente el último agraciado de la mañana, el joven durangarra Arkaitz Gurtubai, de 24 años. "¿Que cómo estoy? Muy contento, pero no sé ni cuánto voy a tener que pagar", agregó.

La alcaldesa, la jeltzale Aitziber Irigoras, tranquilizó a las decenas de personas que acudieron a la cancha multiusos de Landako que no habían resultado beneficiarias. Aseguró que además de estas 26 viviendas que se edificarán junto a MaxiEroski, hay proyectadas otras 144 en San Roke, 160 en Faustegoiena y 40 más en el solar que ocupó la empresa Odi Bakar. "Seguiremos trabajando para poder ofertar más", anunció Irigoras por la megafonía mientras no dejaban de hacerse de oro las firmas de telefonía móvil con los presentes queriendo informar a sus allegados y éstos preguntando si les había tocado.

El sorteo fue rápido. La pantalla instalada en el recinto informaba del nombre de los agraciados, caso de Santiago Masa, Federico Alcón, Rubén Díaz, Jim Ugo o Nerea Beltrán, entre las 29 personas presentes en el sorteo vivieron una jornada con suerte.

Las últimas viviendas de protección oficial que se entregaron en Durango fueron las de la promoción de Ibaizabal, ubicadas en las cercanías del pabellón multiusos Landako Gunea. "Vaya nervios he pasado, pero nada. Tenía esperanzas para trasladarme a vivir con mi novio, pero de momento nada", valoró Nerea, quien no duda en "irnos de alquiler". De todos modos, la entrega de llaves para estas VPO de Aramotz, según plazos, podría ser de "dos años".