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El coleccionista de equipos de fútbol

Un vecino de Sestao atesora alrededor de 9.000 pins con el escudo de clubes de todo el planeta

El coleccionista de equipos de fútbol

Sestao

Todavía recuerdo mi primer pin. Yo tenía nueve o diez años y mi padre, que entonces entrenaba al Santurtzi, volvió un día a casa con una insignia del equipo. Me hizo tanta ilusión que a partir de ese momento allí donde iban a jugar trataba de conseguirme más". José Luis Gracia todavía conserva fresca en la memoria la tierna anécdota infantil que despertó su interés por una afición a la que ha dedicado media vida: coleccionar escudos de equipos de fútbol. Medio siglo después, y convertido ya en un abuelo de 62 años, este vecino de Sestao tiene una de las colecciones más importantes de Bizkaia formada, nada más y nada menos, que por alrededor de 9.000 pins de clubes de todos los rincones del planeta.

La gran relación que ha unido siempre a su familia con el deporte rey ha sido un factor determinante para alimentar este hobby. Y es que además de tener un padre entrenador, este sestaoarra jugó durante muchos años en equipos de categoría regional de la comarca, entre ellos el Sporting de Lutxana, un factor que le brindó la oportunidad de aumentar, poco a poco, su pequeño gran tesoro. "Siempre que llegábamos a los campos, yo pedía pins y así fui obteniendo los primeros".

Aun así, no fue hasta hace "unos 20 años" cuando empezó a ponerle más empeño al asunto. "Un amigo coleccionista al que regalaba insignias me preguntó por qué no me animaba yo también", recuerda. Le picó el "gusanillo" y así comenzó a dedicarle más tiempo y recursos a esta afición.

Así, se puso en contacto con fabricantes de pins de Catalunya, Madrid, Xerez y Málaga para que le mantuvieran informado de las novedades que sacaban al mercado. "Me mandaban ofertas y yo iba comprándolos poco a poco", explica. También ha tejido algunos contactos en el extranjero que le han sido de gran ayuda para internacionalizar su colección: "En Argentina hice un amigo, que se llama Héctor, que los hacía uno a uno". La llegada de las nuevas tecnologías, y en concreto de internet, le ha permitido lanzar también las redes hacia otros países, sin olvidar foros más tradicionales como la plaza Nueva de Bilbao. "¡Anda que no he bajado domingos allí a intercambiar pins, igual que un crío con los cromos!", comenta divertido.

En el armario de su casa, donde guarda con mimo todas las piezas, llegó a acumular cerca de 16.000 escudos distintos de clubes de todas las categorías y comunidades autónomas del Estado, Europa, Sudamérica y hasta Oriente Próximo. Y aunque resulte chocante, el pin que más le ha costado encontrar ha sido casualmente el de un equipo de Sestao. "El Kaiku, antes de ser un club de remo, jugó al fútbol. Lo estuve buscando durante mucho tiempo hasta que un día, en la Plaza Nueva, apareció una persona con esa insignia. Él era consciente de que tenía una joya en sus manos y tuve que darle un montón de escudos a cambio de ella", rememora.

Pero después de 20 años dedicados en cuerpo y alma y atesorar equipos de fútbol en su domicilio, "despierto hasta las tres y cuatro de la madrugada" contemplando su vasta colección, José Luis Gracia ha comenzado a perder la ilusión. De hecho, en los últimos años ha vendido casi la mitad de las piezas hasta quedarse con las 9.000 actuales. Las dificultades para encontrar nuevos pins y el desinterés de sus descendientes han pesado finalmente en su estado de ánimo. "A mis hijos y a mis nietos les he intentado inculcar esta afición, pero no parecen mostrar ilusión y eso me da un poco de rabia", reconoce con cierta decepción.

Aun así, muchas personas siguen mostrando interés por su recopilación. Sin ir más lejos, el Centro Riojano de Sestao ha expuesto recientemente una pequeña parte de los pins, una iniciativa que ha tenido un gran éxito de público. Quienes se acercaron hasta la muestra pudieron contemplar alrededor de un millar de escudos de diferentes categorías nacionales y extranjeras.