Recorrer 11.000 kilómetros para ver una final, aunque sea europea, del equipo de tu corazón; eso es un acto de amor a tus colores, y lo demás, tonterías. Y es lo que ha hecho Yuki Sato, un japonés que se hizo seguidor del Tottenham durante una temporada que vivió en Londres y no ha dudado en tomar un avión -varios, en su caso- para poder asistir a la final de la Europa League que esta noche enfrentará al equipo contra el Manchester United en San Mamés.
Eso sí, afirma que no le ha costado demasiado dinero. 1.000 euros, aunque reservó los vuelos hace seis meses. Pero por el Tottenham, "lo que haga falta", afirma junto a su amigo Yuichiro Kimoto en la fan zone de Ametzola, donde calientan motores antes del encuentro.
Ambos vivieron unos años en Londres y, aunque su amigo se quedó en la capital británica, él regresó a Japón. Admite que en el país nipón no es un equipo muy conocido, aunque la Premier League sí cuenta con un buen número de seguidores, pero él sigue llevando el azul y el blanco del equipo londinense en su corazón.
Lo que sí conocen bien en su país natal es Euskadi, por su rica gastronomía - "quizá más San Sebastián que Bilbao", apenas se atreve a admitir con la boca pequeña-, y, sobre todo, el Athletic Club, sobre por su política de fichajes. Ambos disfrutan de la música y el buen ambiente que reina en la fan zone que los Spurs han instalado en Ametzola antes de poner rumbo a San Mamés para presencia el encuentro de las 21.00 horas.