Los txokos siempre han estado envueltos en un halo de misterio. Desde sus paredes, muchas sin ventanas, hasta sus estrictas normas de acceso y discretas puertas, han convivido con gran disimulo entre los habitantes de la villa. Sin embargo, pese al sigilo, algunos, como el de Los Incomprendidos (Muelle Marzana, 1), llevan más de 50 años en activo y son fieles testigos del paso del tiempo en la ciudad.

Este sábado 17 de mayo, tres de estos emblemáticos txokos del Casco Viejo —Los Incomprendidos, Txoko Uri Zara (Calle de la Torre, 6) y Zazpi-Kale (Ronda, 10)— abrirán por primera vez sus puertas al público en una jornada solidaria en favor de la asociación de cáncer infantil Aspanovas.

De 12.00 a 15.30 horas, vecinos y visitantes podrán acceder a estos espacios, tradicionalmente reservados a sus socios, degustar pintxos elaborados por ellos mismos y disfrutar de música en vivo. De manera itinerante, el grupo coral Otxote Txipi Txapla, La Cuadrilla del Casco Viejo, trikitixa, txistularis, violín e incluso un oboe darán vida a todos los rincones de las Siete Calles, con el objetivo de acercar estas sociedades gastronómicas al vecindario.

La fiesta contará con tres puntos neurálgicos: la calle Ronda, el Muelle Marzana y el cruce triangular junto a Barrenkale Barrena. Los txokos participantes ofrecerán una variedad de pintxos que hacen gala de la rica tradición culinaria del botxo. Entre las delicias que los asistentes podrán disfrutar se encuentran la ensaladilla de puerro, las croquetas caseras, el clásico bilbainito, las inconfundibles gildas, la sabrosa txistorra y las irresistibles felipadas. Cada uno, elaborado con esmero por los propios miembros del txoko, promete ser una explosión de sabor que refleja décadas de historia y tradición. Además, quienes se acerquen podrán charlar con los socios, conocer sus costumbres y descubrir el pasado que se esconde tras estos espacios, a menudo desconocidos para el gran público.

Los cuarteles

En sus orígenes, los txokos –conocidos entonces como cuarteles– surgieron como un lugar de encuentro para trabajadores que buscaban relajarse y compartir algo de comida y bebida tras la jornada laboral. Ante la inaccesibilidad de la hostelería de la época, muchos comenzaron a reunirse en lonjas, donde el bacalao desmigado y el vino eran productos estrella. Así nacieron estos espacios que, con el tiempo, se transformaron en las sociedades gastronómicas que conocemos hoy en día. La mayoría surgieron en la década de los setenta. Sobre su similitud con las sociedades de Gipuzkoa, Iñaki Hervías, socio de Los Incomprendidos desde hace más de 25 años, reconoce que “viene a ser lo mismo, aunque allí son más abiertas y permiten más invitados”. Hervías también destaca los avances actuales en igualdad: “Es fundamental que puedan entrar las mujeres”.

A lo largo de la mañana, los visitantes no solo podrán saborear recetas con sabor a hogar, sino también sumergirse en el ambiente acogedor que define a los txokos. Esa calidez que se genera entre fogones es justo lo que sus miembros quieren compartir en esta cita tan especial. “Lo más bonito de un txoko es que, más allá de comer bien, es un lugar de encuentro, mucha amistad y unión. Será un mediodía magnífico”, señala Hervías.

El sábado será una oportunidad única para asomarse a un mundo habitualmente cerrado y colaborar con Aspanovas. Que sea una jornada sabrosa y, quién sabe, si estaremos ante el inicio de una tradición anual.