Un cuarto de siglo de desarrollo para crear 1.100 viviendas en Bolueta
El proyecto se presentó en octubre de 2003 pero hasta 2014 no empezaron a erigirse las dos primeras torres
Será en 2028 cuando se calcula se entreguen las llaves a los 175 inquilinos que vivirán en el último rascacielos que se levantará en Bolueta ahora en licitación. Para entonces habrán transcurrido 25 años desde que, en aquel lejano de 2003, el entonces consejero de Vivienda del Gobierno vasco, Javier Madrazo, y su hermana Julia, como concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao, anunciarán la operación urbanística que iba convertir el viejo solar ribereño industrial de Bolueta en un nuevo barrio con 1.100 viviendas, de las que el 60% iban a tener protección oficial.
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Un plan que desde un principio nació gafado al ser acusado por el PP de “pelotazo urbanístico” debido a la recalificación municipal de los terrenos y cuya demanda judicial no prosperó al negarse la Fiscalía a investigar el caso.
En 2004, la propuesta Siete Calles, de Idom Ingeniería, ganaba el concurso de ordenación urbanística, que es la que se ha mantenido hasta ahora. Luego vinieron años de promotores caídos, problemas con los terrenos, nuevas legislaciones y la crisis económica de 2008 con la que parecía se iba a hundir el proyecto.
Pero no fue así. Hubo que esperar hasta 2014 para que el Gobierno vasco pisara el acelerador y sacara adelante las promociones empezando la fase de urbanización que dejaría listos los solares donde levantar los primeros dos rascacielos.
El más cercano a la gasolinera de Bolueta, de negro azabache, fue el primero en erigirse para albergar 171 viviendas de VPO. El segundo, que un principio iba a contener 190 pisos de venta tasada, fue cambiado en su calificación para ofrecer también VPO y darles mejor salida en el mercado.
Sus obras empezaron en 2018 y se tuvo que esperar a que terminarán para que la iniciativa privada, de la mano de Neinor, asumiera los siguientes dos edificios, el tercer bloque con 133 pisos en 9 plantas, y el cuarto con 195 en otro rascacielos con la consabida forma de ‘L’ tumbada. Ambos están ya ocupados aunque la promotora aún tiene sin vender unos cuantos pisos.
El resto de las Siete Calles la conformarán el quinto inmueble de Visesa para alquiler social con 144 pisos que entregará en 2026, otra torre de Neinor, con 92 pisos, y el último rascacielos pegado al metro con 175 viviendas más también de alquiler social. En total, 1.100 hogares como se prometió hace cerca de un cuarto de siglo y el 61% de ellas (680) para familias de rentas bajas.
El apunte
Una torre muy especial. El primer edificio que se construyó en la ‘operación Bolueta’ sigue siendo el rascacielos sostenible más alto del mundo con sus 28 plantas y casi cien metros de altura incluyendo la antena que se enseñorea en su cubierta.
Certificado Passivhaus. Esta calificación internacional acredita el bloque como excelente a niveles de eficiencia, capaz de ahorrar hasta un 75% de energía con respecto a un sistema de climatización convencional.