Con la importancia que da presentar un proyecto en el Salón Árabe y con el alcalde Aburto como cicerone, el Ayuntamiento de Bilbao ha presentado esta mañana de martes el proyecto urbanístico que culminará la conversión de la calle María Díaz de Haro en un corredor verde urbano que conectará el parque de Ametzola con el de Doña Casilda y donde el peatón será pleno protagonista en detrimento del tráfico rodado.
Un proyecto que se ejecutará en 14 meses según las estimaciones adelantadas por el alcalde Aburto y el concejal del Área de Obras Públicas y Servicios, Kepa Odriozola.
A este periodo hay que sumar otros ocho meses de tramitación previa después de que salga a licitación la próxima semana la iniciativa, con lo que si todos los planes se cumplen la ciudadanía podrá disfrutar de esta nueva arteria urbana verde para verano de 2026. Y todo ello por un coste que no superará los 6,33 millones de euros.
El alcalde ha dejado bien claro cual es el objetivo de este proyecto. “En la línea de lo ya ejecutado, daremos continuidad al corredor verde y culminaremos el proyecto, generando aceras más amplias, más zonas estanciales y propiciando en el entorno más arbolado y vegetación”, ha indicado.
Transformación radical
Y es que este nuevo tajo va transformar radicalmente el tramo de la calle que va desde el cruce con la calle Simón Bolívar hasta desembocar en la Gran Vía, dando así continuidad al tramo actualizado que llega hasta la calle Autonomía y que se reformó entre noviembre de 2021 y junio de 2023.
El tramo en el que se va a actuar va a ocupar más superficie y es más largo que el anterior (recogía tres manzanas) y tendrá como característica especial su desembocadura en la Gran Vía que permitirá un conexión más directa con el parque de Doña Casilda a las cuatro manzanas ubicadas entre la Gran Vía y la calle Simón Bolívar.
Se trabajará sobre una superficie total de 13.780 metros cuadrados en los cuales se alcanzarán los 6.200 m2 de uso peatonal "de paso, verde o estancial" ha apostillado el edil, en lugar de los actuales 3.600 metros cuadrados.
Kepa Odriozola ha desvelado que el proyecto se ejecutará por manzanas y ha expuesto como será el primer tramo entre Gran Vía y Rodríguez Arias, el se fusionará con la plaza Ramón Basterra que conecta con Doña Casilda.
Tramo especial
Así, el último tramo de María Díaz de Haro contará con una gran jardinera central llena de árboles y gran variedad de planta arbustiva. "Tendrá un diseño innovador y moderno, que no pasará desapercibida ni para las y los peatones ni para las personas conductoras", ha indicado el concejal Odriozola.
Tiestos deconstruidos, parterre delimitado, un murete decorado, juego de luces nocturnos... son algunos de los elementos especiales en este tramo que ampliará a seis metros de ancho su acera en el lado par y cuatro en el impar.
En cuanto a la Gran Vía seguirá permitiendo el paso del trafico pero se encontrará con un paso de peatones mucho más ancho y elevado, además de adelantar la acera del lado de la plaza Ramón Basterra. Todo ello con el objetivo de facilitar el paso y crear una mayor conexión peatonal entre Doña Casilda y la propia calle María Díaz de Haro.
El resto de los tres tramos a ejecutar seguirá la filosofía de la renovación que ya disfrutan vecinos y viandantes desde hace casi dos años. Es decir, se reorganizará la sección de la calle, reduciendo la zona de calzada a dos carriles, ensanchando las aceras a algo más de seis metros a cada lado y creando zonas estanciales alternas aprovechando ese ensanchamiento.
Perdida de estacionamiento
Aunque habrá más presencia de coches que en el tramo renovado anteriormente, se contará con dos carriles de subida en vez del único carril existente entre Simón Bolívar y Autonomía, si se notará la eliminación de plazas de estacionamiento.
En la actualidad, la zona de las futuras obras alberga 176 plazas de aparcamiento en batería a ambos lados de la calzada que según ha especificado Kepa Odriozola "se van a ver reducidas" sin concretar el número de parcelas que quedarán.
"Apostamos por la sostenibilidad, con menos ruidos y para que la ciudadanía disfrute"
El edil ha dicho que esta perdida es lógica "porque apostamos por la sostenibilidad, con menos ruidos y para que la ciudadanía disfrute".
También se dará continuidad al bidegorri existente en la calle Anselmo Clavé y conectará a través de la plaza Ramón Basterra y el nuevo tramo con el itinerario para bicis en la primera fase, a la altura de Simón Bolívar.
También se dará continuidad a las farolas de doble brazo de seis metros de altura, a las luces ornamentales en la jardinería y se renovarán todos los servicios que transcurren bajo el asfalto. El más potente será el cambio del saneamiento, al que se destinarán casi un millón de euros del presupuesto.