Casi un 5% de la población de la capital vizcaina, el equivalente a más de 16.000 bilbainos, soportan por las noches unos niveles de ruido superiores a lo legalmente establecido como objetivos de calidad acústica. Serán el principal objetivo del nuevo Plan de Acción del Ruido de Bilbao para los próximos cinco años y que ya ha sido expuesto a la ciudadanía para su tramitación. Lo hará, principalmente, a través de medidas específicas en urbanismo e infraestructuras, y por primera vez se incluirán estrategias específicas para combatir las molestias que genera el ocio nocturno.

Diseñado para tomar el relevo del anterior plan, de 2018, esta nueva hoja de ruta responderá a las exigencias actuales de la legislación europea, estatal y autonómica, y tendrá una vigencia de cinco años, hasta 2029. Según se indica en el propio documento, este plan “no solo aborda el problema del ruido, sino que lo integra dentro de una visión más amplia de sostenibilidad y calidad de vida. Con medidas basadas en la innovación, la participación ciudadana y la cooperación institucional, Bilbao se posiciona como un referente en la gestión acústica a nivel local y europeo”.

La población afectada por niveles de ruido superiores a los límites legales se ha reducido de forma significativa en Bilbao desde que se elaboró el primer Mapa Estratégico del Ruido en 2007. En aquel momento, casi un tercio de los bilbainos vivía en zonas ruidosas, una cifra que para 2022 se había reducido a poco más del 10%. Esta mejora se atribuye a acciones como la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora en todas las calles de municipio y otras políticas de movilidad sostenible implementadas por el Ayuntamiento, como la peatonalización de algunas zonas. Y es que no hay que olvidar que el tráfico es la causa principal de la exposición al ruido de la población.

Sin embargo, que dan aún en Bilbao algo más de 16.000 vecinos que soportan niveles por encima de lo recomendable, principalmente en el distrito de Abando, donde hasta el 2,2% de la población soporta más de 55 decibelios por la noche. Las calles más conflictivas son, según los estudios del Ayuntamiento, Juan de Garay, Autonomía y General Concha; los barrios de San Miguel, Masustegi y Rekaldeberri, por la cercanía a la autopista A-8; Lehendakarri Aguirre o Juan Antonio Zunzunegi; Zorrotza y Olabeaga, por su cercanía al tren, y las plazas Moyúa, Euskadi y Sagrado Corazón.

Además, el ocio nocturno se ha convertido en un nuevo foco importante de ruido, que afecta a áreas específicas. En concreto, se han identificado cinco zonas con mayor afección: San Vicente/Uribitarte, Ledesma, Poza, Somera y Barrenkale. Ya el anterior plan trató de declarar una Zona Acústicamente Saturada en la zona de Uribitarte, que no se logró completar, aunque se ha avanzado en mejorar el conocimiento de este foco de ruido para poder disponer de una información suficiente que permita adoptar acciones. En este sentido, se ha ampliado la red municipal de equipos de medida del ruido y se ha elaborado el primer mapa de ruido de ocio de Bilbao, lo que ha permitido disponer de una visión más completa para desarrollar las acciones sobre este foco en este plan de ruido nuevo. El objetivo es compatibilizar una vida nocturna activa con el descanso y bienestar de los vecinos.

Como objetivos generales, el nuevo plan de ruido aspira a reducir un 6% la población expuesta a niveles de ruido superiores a los objetivos de calidad acústica, esto es, 55 decibelios, con medidas específicas en infraestructuras y urbanismo. También se quiere aumentar en un 1,5% el número de personas que viven en zonas con niveles acústicos óptimos -menos de 50 decibelios por la noche-, lo que implica la creación y protección de zonas tranquilas urbanas y la revalorización de áreas naturales como espacios libres de ruido.

Para ello, establece varias líneas de actuación, la primera en relación a la movilidad urbana, poniendo el foco en seguir reduciendo el impacto por el ruido del tráfico y el transporte. Otro eje abordará el ruido del ocio, incluyendo también el asociado a la celebración de eventos, mientras que la tercera incluirá la creación de zonas tranquilas urbanas o zonas urbanas de bienestar acústico, para minimizar los impactos negativos que el ruido puede tener sobre la salud.

Planes específicos

Para definir las actuaciones concretas, se van a mantener las mismas zonificaciones anteriores, diez en total, que contarán con planes específicos. Por ejemplo, en el centro, en el entorno del IFAS de Alameda Mazarredo se prevé colocar un pavimento fonoabsorbente, así como en la calle Zumalakarregi y en Monte Arno; en Ibarrekolanda y a la altura del número 25 de Rafaela Ibarra se habilitarán aislamientos adicionales, y en la estrada Caleros, de Basurto-Rekalde, se colocarán separadores de carril.

Al detalle

  • Tecnología. La tecnología desempeñará un papel crucial en el monitoreo y control del ruido. Se utilizarán sistemas avanzados que permitirán un análisis más precios y un ajuste en tiempo real de las estrategias implementadas. Actualmente, Bilbao cuenta con una red de monitorización del ruido, que en la actualidad cuenta con 71 equipos que lo miden de forma continuada.
  • Concienciación. La ciudadanía contribuye, con sus hábitos y comportamientos, a generar el ambiente sonoro de la ciudad, por lo que el plan contempla acciones orientadas a la educación con respecto al ruido y a la concienciación sobre sus efectos, para reducir las molestias.
  • Participación. Se promoverá la participación ciudadana en los diagnósticos, análisis de percepción y actuaciones que se lleven a cabo, además de continuar trabajando para mejorar y hacer más accesible