Bilbao podría llegar a ingresar hasta once millones de euros de implantarse la tasa turística que en estos momento se debate en un grupo de trabajo en el Gobierno vasco. El Ayuntamiento de Bilbao ha insistido nuevamente en que, de finalmente regularse, este cargo debería revertir en las arcas municipales, ya que son estas las que tienen que responder, desde sus presupuestos, los gastos añadidos que supone la llegada de visitantes.

El pleno del Ayuntamiento que se celebra este jueves en Bilbao ha debatido una propuesta de Elkarrekin Bilbao en torno a este gravamen, cuya implantación se analiza actualmente desde el Gobierno vasco en un grupo de trabajo interinstitucional en el que también participan las tres diputaciones forales y los municipios, a través de Eudel. Su concejal Xabier Jiménez ha defendido que la tasa sea progresiva "en función del nivel o tipología de alojamiento", y ha pedido su pronta implantación. "Seguimos prescindiendo de una fuente de ingresos para este ayuntamiento de entre 2 y 4 millones de euros anuales, dependiendo el modelo elegido que nos permitirían asumir los restos y gastos adicionales que este genera en nuestra ciudad", ha lamentado.

Desde la propia área de Desarrollo Económico, Comercio, Turismo y Empleo, se ha elevado esa cantidad. Y es que, según los datos que ha aportado el concejal Xabier Ochandiano, con las 2,2 millones de pernoctaciones que se registraron el año pasado en Bilbao, y con hasta cinco euros que se abona por cada una de ellas en algunas ciudades, la cantidad se podría elevar hasta los once millones.

Xabier Ochandiano ha recordado el grupo de trabajo, "que lleva ya trabajando tres meses", está analizando si este gravamen "es adecuado, pertinente o no la estructuración de un impuesto o tasa, que ya se verá". El concejal se ha mostrado partidario de esperar a las conclusiones de ese grupo. "Flaco favor haríamos si tratamos un asunto tan complejo y que requiere un análisis muy profundo como algo realmente urgente, porque precisamente, todos reconocen y respaldan que Bilbao no vive una situación de malestar", ha considerado. La capital vizcaina cerró 2023 con un crecimiento del 20% respecto a 2019, por lo que "no solo hemos recuperado las cifras previas a la pandemia, sino que tenemos un 20% de incremento".

En caso de que se apruebe, Ochandiano ha asegurado que "todos los cauces de participación ciudadana, vecinal y de todo tipo que corresponden a una tasa, impuesto o lo que proceda".

Lo que sí ha subrayado es su apuesta por que esa recaudación revierta en los ayuntamientos, un elemento que ha considerado "crucial. Independientemente del tipo de tasa, impuesto o de la arquitectura con la que se formule en Euskadi, lo que defendemos como Ayuntamiento es que debe repercutir de manera directa sobre las arcas municipales, no sé si total o no totalmente".

Desde la oposición, EH Bildu ha pedido que el turismo "se convierta en una carga para la ciudadanía, nuestros barrios o que el impacto del turismo no revierta de manera justa y equitativa en la comunidad", según su concejala Garazi Perea. Pese a que la tasa turística puede ser una herramienta "crucial" y considerar que "nadie va a dejar de venir a Bilbao por tener que aportar con una cantidad que es simbólica en relación al gasto total del viaje", no es la única, por lo que ha apostado por "un debate conjunto sobre el modelo de turismo".

Finalmente, Ángel Rodrigo (PP) ha considerado que implantar una tasa de este tipo "solo se entiende desde el prisma de que el turismo es algo nocivo o perjudicial" y se ha preguntado "cómo se aplicaría la progresividad", al tiempo que ha considerado que "no existe una relación causal entre turismo y sostenibilidad urbana".