El sol pegaba fuerte a las 12.00 del mediodía en este quinto día de fiestas. Pero no ha sido un pretexto para que cientos de personas, jóvenes, mayores y niños, se congregaran frente al Teatro Arriaga para contemplar la exhibición femenina de harrijasotzailes, aizkolaris y txinga erutea. Entre las participantes de estos deportes rurales, se encontraban por un lado, las harrijasotzailes Lucia Orbe (bilbaina y subcampeona de Euskadi), Marina Blanco (palenciana) y Karmele Gisasola (mallabitarra y campeona de Euskadi). Entre las aizkolaris, Maika Aristegi e Irati Astondo, y por último, Nerea Egurrola en el ámbito de txinga erutea.

Entre un aurresku, acompañado con música de txistu, y el aplauso del público, daba inicio la primera actuación. Las tres primeras participantes iban a levantar una piedra en forma de cilindro de 62´5 kilos durante dos minutos. La harrijasotzaile Marina Blanco consiguió levantarla 15 veces. Lucia Orbe y Karmele Gisasola quedaron empatadas con una marca de 19 veces. Aunque no era una competición sino una muestra de lo que es el deporte rural vasco, las participantes no dudaban en lucirse y en demostrar sus grandes habilidades. Tal es así que la bilbaina Lucia Orbe consiguió en la tercera y última actuación una marca de 21 veces. La más alta de todas. Ni ella misma podía creérselo. "Parece una ventaja jugar la última porque ves cómo lo hacen las que van antes que tú, pero aún así, ha sido difícil superar la marca de Lucia Orbe", ha reconocido a este periódico la campeona de Euskadi, Karmele Gisasola.

Nerea Egurrola realizando txinga erutea Borja Guerrero

Las aizkolaris Maika Aristegi e Irati Astondo también hicieron una actuación brillante. Cortar el tronco en el menor tiempo posible no parecía tarea difícil para ellas. La rapidez en la que daban golpes con el hacha era de admirar. Terminaron casi al mismo tiempo, primero Aristegi y un segundo después Astondo. Acto seguido fue el turno de Nerea Egurrola. Con una txinga en cada mano esta fuerte vizcaina iba de una esquina a otra, siendo la clave del juego conseguir ir y volver las máximas veces posibles. Un deporte que representa la vida real de las mujeres vascas que desde sus caseríos iban a las cantinas a vender leche. Aunque al día siguiente tuviera que competir en el campeonato de Bizkaia, a Egurrola no le ha hecho falta guardar fuerzas puesto que ha realizado una demostración única. Parecía incansable, consiguiendo así una marca de 40. Este acto ha demostrado que la cultura vasca es una gran esencia de Aste Nagusia.