Transformación del Ensanche y Abandoibarra, Bilbao Histórico, Bilbao Esencial, Mitos y Leyendas, arquitectura vanguardista, Bilbao Asombroso, Bilbao Auténtico, Bilbao underground en bicicleta, los secretos del Casco Viejo, Visita los Puentes de Bilbao, El Soho de Bilbao, arte callejero con cerveza artesana local, tour de pinchos y cata de vinos con guía local, recorrido a pie con degustación de dulces... Solo hace falta asomarse a cualquier buscador e introducir las palabras ‘visitas guiadas Bilbao’ para que se muestre el amplio abanico de posibilidades que existen para que los turistas conozcan la villa. Traducido a pie de calle, ello supone decenas de grupos que cada día recorren sus calles siguiendo un paraguas identificador o la llamada de un altavoz. Aunque de momento no generan conflictos con los vecinos, el Ayuntamiento quiere regular su actividad antes de que su proliferación se convierta en un problema.

El primer paso, tal y como se acordó en el último pleno municipal, será elaborar un estudio del impacto que estas visitas guiadas tienen en la ciudad. Se llevará a cabo a través de un trabajo de campo este mismo verano, aprovechando el incremento de turistas que se produce en esta época del año, de forma que para septiembre se puedan tener en la mano datos de los que extraer las primeras conclusiones. “Queremos analizar cómo se están desarrollando en la ciudad los distintos modelos de visitas guiadas. No están provocando quejas ni conflictos pero creemos que es un buen momento para abordar esta realidad”, explica el concejal de Desarrollo Económico, Xabier Ochandiano. “Uno de nuestros objetivos es que el sector turístico se desarrolle en clave de sostenibilidad, entendida también en su vertiente social y de convivencia con los vecinos”.

Estamos en un buen momento para fijar criterios para que su desarrollo sea sostenible

Xabier Ochandiano - Concejal de Desarrollo Económico

Este tipo de actividad turística ha experimentado un incremento exponencial en los últimos años, siguiendo la estela de la propia llegada de visitantes. “Ya en los años 2017, 2018 y 2019 han ido creciendo muchísimo; no hay más que ver cómo está la ciudad en las últimas semanas...”, expone Ochandiano. Lo dice con conocimiento de causa, no solo como concejal, sino como vecino del Casco Viejo. Esa faceta le permite también comprobar que, a día de hoy, esta actividad turística no genera problemas en el día a día de la ciudad. “Con carácter general, no hay conflictos. Ocasionalmente he recibido algún mail suelto de algún vecino del Casco Viejo que nos pide pongamos cierto orden, pero quejas como tal, no. Estamos en un buen momento para fijar esos criterios de orden y de armonización para que su desarrollo sea sostenible. Estamos lejos de otras ciudades y entornos donde este fenómeno es más intenso”, plantea el concejal. “De hecho, como vecino, diría que es de agradecer ver el interés que los turistas muestran por nuestra ciudad”.

Amplia oferta

La oferta que existe en estos momentos es muy amplia. Por una parte, están las visitas que organiza el propio Ayuntamiento tanto por el Casco Viejo como por el Ensanche y Abandoibarra los martes, jueves, sábados y domingo. “Están perfectamente monitorizadas y controladas, con un grupo máximo de 15 personas, un guión a la hora de contar la historia...”, enumera Ochandiano. Existen también los guías profesionales, agrupados en empresas locales en su mayoría de pequeño y mediano tamaño, y desde hace unos años han ido ganando adeptos los denominados free tours, un recorrido de pago a voluntad que realiza un guía local y que no está exento de polémica. La estacionalidad del turismo, entre el final de la primavera y septiembre, hace que sea precisamente en esta época estival cuando más visitas se celebran, con el Casco Viejo, el Ensanche y los paseos de la ría como principales puntos de interés.

Lo que quiere regular el Ayuntamiento no es tanto el ejercicio profesional del guía, cuya competencia corresponde al Gobierno vasco, sino la forma en la que se desarrollan estos tours, en cuatro variantes: los elementos de audio que utilizan, el número máximo de participantes por grupo, los recorridos más concurridos e incluso los contenidos que se presentan en cada uno de ellos.

Respecto al primer ámbito, muchos de las visitas se realizan con sistemas de micrófonos abiertos. “Hay que cuidarlo bien para que no se genere ningún tipo de molestia”, advierte el concejal. No es un caso único; de hecho, ya ha habido reflexiones en este sentido en otras ciudades del entorno, incluso a nivel europeo, y una propuesta puede ser la de obligar o recomendar que se establezca un sistema cerrado de sonido, mediante el uso de auriculares individuales. “Lo veremos en función del estudio que se haga”, avanza Ochandiano.

Cupo por grupo y rutas

El segundo ámbito que se podría llegar a regular es el del número de personas que se permitirían en cada grupo y, en tercer lugar, las rutas que siguen las visitas, para evitar que se produzcan tapones o se saturen determinados puntos de la ciudad. Por ello, en el estudio se analizará, según señala el concejal, “si los tours siguen siempre los mismos flujos y tratar de que estos se desarrollen de la forma más armónica posible respecto al día a día propia de los ciudadanos”. Otro de los puntos, que surgió en el debate del pleno municipal, es el de los propios contenidos que se dan a conocer en los recorridos. “Queremos que haya rigor histórico y académico en el relato de las visitas, aunque con carácter general lo hay. También se puede innovar y desarrollar contenidos de mayor valor e interés”, plantea.

Bilbao seguirá de esta forma los pasos de ciudades como Barcelona, que ha regulado este tipo de turismo mediante una guía de buenas prácticas, o Amsterdam, que lo ha hecho regulándolo a través de una ordenanza. Optar por una u otra forma de regulación dependerá de las conclusiones que arroje el estudio. De lo que no cabe duda es que este trabajo se realizará de mano del sector, contactando con las empresas especializadas en visitas guiadas y con la Asociación de Guías Profesionales de Euskadi, “como no podía ser de otra manera. Además del Ayuntamiento y los vecinos, el sector es uno de los principales interesados en que haya rigor y unos parámetros de la calidad de las visitas”, finaliza el edil.