Manuel María Smith, sangre irlandesa en las venas y mano de santo
Fue uno de los arquitectos con más peso del pujante Bilbao de principios de siglo XX, un nombre de referencia en Bizkaia
ITUÉMONOS en la línea de salida. Manuel María Smith nació en el Casco Viejo de Bilbao (calle Ronda, para más señas...), en el seno de una familia burguesa, descendientes de irlandeses afincados en la capital vizcaina desde el siglo XVIII. Tras cursar los estudios de Bachillerato en el colegio de los jesuitas de Orduña, ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título en enero de 1904. Regresó posteriormente a su ciudad natal, contrajo matrimonio con María Dolores Prado Mathurin e inició su ejercicio profesional. Inició su despegue que le llevaría a los altares de la arquitectura en aquella Bizkaia tan pujante. No en vano, es considerado el introductor del estilo inglés (su porte también lo aventuraba, con aires de sir británico...) en el País Vasco, en especial de las variaciones del estilo Old English y del Reina Ana. Promocionó la vivienda de baja densidad, considerándola la idónea para cualquier estrato social.
Ya en la Escuela de Arquitectura de Madrid destacaron sobremanera sus capacidades, hasta el punto que recibió la medalla a alumno distinguido de la mano de Alfonso XIII en 1902. Acabó sus estudios en 1903, habiendo coincidido a lo largo de la carrera con Amann, Anasagasti, Ángel Líbano e Ismael Gorostiza.
En los primeros pasos fundó Smith Arquitectos en la calle Gardoqui de Bilbao, para trasladarse posteriormente al número 6 de la calle Lutxana, donde aún se encuentran las oficinas del estudio. En 1936 se trasladó con su familia a Burdeos. A la vuelta, tras la Guerra Civil, se encontró con un País Vasco en ruinas. A partir de entonces desvió su obra hacia la vivienda multifamiliar. Entre el antes y el después, su nombre ha quedado impreso en la memoria arquitectónica de Bizkaia. Siendo un arquitecto ecléctico, se expresaba con dominio en los estilos predominantes, montañés y neovasco antes de que le alcanzase la anglofilia vizcaina, patente en diferentes ámbitos.
La sociedad mostró su gusto por lo inglés en el deporte, la moda, en la proliferación de restaurantes y clubs y, por supuesto, en la arquitectura. Smith interpretó a la perfección las diferentes variantes de ese estilo de arquitectura con un carácter que arraigó rápido en el sentir de la sociedad vasca.
En las tres primeras décadas del pasado siglo Manuel María Smith fue el arquitecto más solicitado por la oligarquía vasca, súbitamente enriquecida por la explotación minera y toda la infraestructura industrial que se había generado a su alrededor. Su primer proyecto fue el de la vivienda de Restituto Goyoaga, directivo de Altos Hornos de Vizcaya, en Neguri.
En 1913 comenzaron las obras del nuevo campo del Athletic, San Mamés, proyectado por él mismo. Destaca también la nueva estación de Atxuri de Bilbao (1913-1915), la casa de Carlos Lewison en el paseo del Puerto, en Neguri (Getxo), proyecto de 1908; la casa de Luis Arana, en Zugazarte (Getxo); el Palacio Kai-Alde, para Carmen Allende, igualmente en Zugazarte; el palacio de la familia Martínez Rivas, en Algorta; la casa de Emilio Ybarra (caserío Aizgoyen), el palacio Mudela, la reforma del palacio de Luis Lezama Leguizamón (sobre un proyecto original de José María Basterra); el Palacio de Artaza, encargo personal de Víctor Chávarri, ubicado en Leioa y considerado obra cumbre del arquitecto, y el palacio de José Joaquín Ampuero, todos ellos en Neguri (Getxo), así como algunos edificios destacados en Bilbao, como el Hotel Carlton o la casa de Ramón de la Sota, llevan su firma. De la complacencia que su obra causó es explícita la frase, "Manuel María Smith Ibarra nos enseñó a vivir", pronunciada por José Félix de Lequerica en el funeral del arquitecto, en 1956, año de su fallecimiento.
Está considerado el introductor del estilo inglés en la arquitectura del País Vasco y referencia de la oligarquía vasca
Aquel San Mamés de 1913, el Hotel Carlton o la casa de Ramón de la Sota llevan la firma del arquitecto bilbaino