166.962 plantas para que Bilbao aflore
El servicio de jardinería municipal trabaja a destajo durante el mes de mayo en la campaña de primavera, en la que abundan las caléndulas o los narcisos
Bilbao - El cachorro que custodia el Museo Guggenheim no es el único foco de las cámaras de aquellos que se sienten atraídos por las flores. Las zonas ajardinadas de Bilbao son cada vez más llamativas debido al mimo con el que son cuidadas. No en vano, se trata de uno de los contratos municipales más abultados, en el que se invierten 5 millones de euros anuales y se emplean alrededor de un centenar de operarios. Y su labor está tan bien valorada que, en la última encuesta de la OCU para medir la satisfacción de los vecinos de sesenta ciudades estatales con respecto a la limpieza, el “estado de los parques y jardines” de Bilbao obtuvo 81 puntos, la evaluación más alta de entre todas las urbes.
En plena campaña de plantación de primavera, estos días se puebla la villa con 166.962 unidades de plantas de flor distribuidas en los 1.383.269 metros cuadrados de zonas verdes y 4.777 parterres que atesora Bilbao. Entre las novedades que incluirá esta temporada destacan la plantación de un mayor número de bulbos, la incorporación de variedades que se adaptan mejor o la adopción de medidas medioambientales como la eliminación de herbicidas. Según destacan desde el servicio, la plantación se lleva a cabo de dos maneras. Por una parte, de la manera tradicional, que consiste en trasplantar ejemplares que vienen en maceta y, por otra, mediante cultivos de tepe, de forma que la planta no sufre el llamado estrés de trasplante con el que se conoce este mal en el mundo de la flora.
“El objetivo es ornamental, porque la floración aporta una imagen positiva y atractiva que es altamente estimada. Permite que disfrutemos los que vivimos aquí y los que vienen de fuera; quizás, porque muchos provienen de Europa, donde hay una gran tradición relacionada con el cuidado de jardines”, afirma Marta Barco, directora de Servicios y Calidad de Vida, quien indica que estos días se lleva a cabo la segunda campaña del año, por lo que a lo largo del año se plantan más de 300.000 unidades de plantas de flor. Este volumen de flores llama tanto la atención de los viandantes que desde el servicio aseguran que se han dirigido a un número significativo de jardineros para realizar consultas y felicitarles por su trabajo.
Durante la campaña de otoño del pasado año destacó el cultivo de variedades de amapolas de diferentes colores, mezcladas con otras especies como cineraria o pensamientos, que aportan volumen al parterre por la altura que alcanzan las flores. “La incorporación de la amapola, de tallo esbelto, hace que la vista sea más etérea. En lugar de ver una masa floral compacta, aporta un ritmo muy importante al jardín”, destaca Barco entre las novedades. Por contra, se ha disminuido el uso del ciclamen “porque es una especie que, a pesar de que en principio es para las zonas húmedas, no aguantaba una temporada completa si el invierno era lluvioso”.
De esa forma, se da paso a la plantación de otras especies como los narcisos, en la plaza Sagrado Corazón o en la plaza Ernesto Erkoreka, por la uniformidad, cambio de volumen y color que experimenta el parterre. Precisamente, gran parte de las 40.000 unidades de bulbos que serán plantados -una de las novedades de este año, ya que se triplicará el número de unidades plantadas en otras campañas- son narcisos. “El motivo o la razón que nos ha impulsado a hacerlo es que, aunque genere más trabajo y presente un desarrollo más lento, hace que la floración sea más tardía, lo que nos permite jugar con esos volúmenes diferentes a lo largo del círculo de la vida de la flor”, especifica la directora Marta Barco.
Las novedades también tienen que ver con el cuidado medioambiental. “Intentamos recuperar muchas especies autóctonas y hemos reducido los fertilizantes”, explica la directora del servicio. Además de preparar el compost que facilita el crecimiento, se ha eliminado por completo “el uso de herbicidas en la lucha contra las malas hierbas”. Por otra parte, cuando las plantas llegan al ciclo vegetativo, “y no presentan ese aspecto atractivo”, se retiran y se trasladan al Konpostegi. “Hacemos un ejercicio de economía circular para que forme parte de la elaboración del compost. Además, todos aquellos materiales de plástico en los que traemos las plantas y las pequeñas macetas se recuperan y se vuelven a llevar a los viveros”, añade la responsable del servicio.
En cuanto a la flor empleada, para esta temporada se han recuperado diseños con caléndula en tres colores -amarillo, naranja y blanco- como se ejemplifica en los parterres de Zumalakarregi o Moyúa. Se ha aportado mayor colorido a las jardineras de la calle Lehendakari Aguirre con la utilización de boca dragón cultivado en tepes mezclados con Thubalgia violacea. “No todas las plantas se adecuan de la misma forma a un rincón, intentamos cambiar un poco las especies en función de su adaptación al medio. Se colocan más o menos el mismo número de plantas en verano que en invierno, cuando se siembran plantas que se acondicionan mejor a la pluviometría abundante”, explica Barco, quien considera que los jardines de Bilbao lucen su mejor aspecto durante todo el año: “Es algo destacable, porque en otras ciudades, salvo en primavera, los jardines están en descanso”.
La reposición de las plantas es algo que también se contempla. Aunque Marta Barco asegura que ya no es tanto por hurtos. “La ciudadanía cada vez considera más suyo el jardín y entiende que no hace falta llevarse las flores a casa”. Por ese motivo, a día de hoy las plantas que se restituyen son aquellas que se han deteriorado por actos incívicos, en zonas de botellón por ejemplo. La restitución también se extiende al arbolado de la ciudad. Según la directora de Servicios, hay 14.000 árboles en la calle y 200.000 en los jardines. Al año se reponen más de 700 unidades. “La semana que viene vamos a talar seis chopos que presentan una situación de desestructuración. Suele ser habitual. Los examinamos y si tienen problemas mecánicos analizamos el peligro que puedan causar”, añade Barco.
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